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Expertos descartan que olas del sábado en Aisén constituyan un tsunami

Pese a los daños que causaron y a la penetración que alcanzaron en la zona costera, el evento posterior al sismo habría constituido una marejada.

23 de Abril de 2007 | 15:02 | AFP

SANTIAGO.- El fuerte sismo de 6,2 grados en la Escala de Richter que sacudió el sábado al extremo sur de Chile, con desprendimientos de  tierra que provocaron olas de más de seis metros, no constituyó para expertos un tsunami, aunque su devastación tuvo efectos similares.


El temblor se sintió a las 13:50 horas locales y tuvo su epicentro en el  Fiordo de Aisén, ocasionando desprendimientos de enormes trozos de tierras que cayeron sobre el mar y que con su fuerza generaron olas de más de seis metros de altura, lo que recibe la denominación de marejadas.


El origen de la ola gigante hizo que expertos descartaran la ocurrencia de un tsunami o maremoto, una palabra de origen japonés que literalmente significa "gran ola en el puerto".


Los tsunami, de acuerdo con una convención internacional, se generan tras la ocurrencia de terremotos por sobre los 6,5 grados de magnitud bajo el lecho marino, que ocasionan un fenómeno extraordinario que desplaza verticalmente una gran masa de agua.


"Aquí fue muy localizado, focalizado, no fue con repercusiones en otras  costas de Chile", sostuvo el jefe de turno de la Oficina Nacional de  Emergencias (Onemi), el geógrafo Jorge Abumohor.


"Para ponerlo en su verdadera dimensión, es una gran marejada", precisó el experto.


La magnitud del temblor evitó también que el Centro de Alertas de Tsunamis del Pacífico (PTWC, en inglés) lanzara una advertencia. Pero el sismólogo del Servicio Sismológico de la Universidad de Chile, Jaime Campos, matizó y dijo que al levantarse una ola gigante, como en Aysén el sábado, podría hablarse de tsunami.


"Al levantarse una ola de más de seis metros podríamos hablar de un  tsunami, que no sólo tienen su origen en el fondo marino", explicó Campos.


El experto describió el fenómeno del sábado como un "evento de carácter tectónico", generado por una liberación magmática, con una devastación similar a la de un terremoto o tsunami.


El experto de la Universidad de Chile señaló además que no era posible  descartar que ocurrieran nuevos temblores en la zona. "Es un proceso evolutivo muy dinámico, que no podemos prever si terminará o se  mantendrá".

La norma sigue siendo escribir Aisén con preferencia a Aysén, y Coihaique por Coyhaique. Para ello hay dos razones.

La primera es de autoridad, pues el Instituto Geográfico Militar, entidad que sanciona los nombres de los topónimos nacionales, así lo transcribe. Es cierto, sin embargo, que el propio Gobierno en sus páginas no sigue esta autoridad y así uno se puede encontrar indistintamente con las dos versiones. Asimismo, los habitantes de la zona tienen una predilección por la palabra con “y”, quizás porque es la forma más antigua de la palabra. Pero esta no es una razón que invalide la norma.

La segunda razón —y que permite diluir la posible arbitrariedad de la apelación a la autoridad— corresponde a la naturaleza de la ortografía castellana. No hay palabras en nuestra lengua (y que respondan a eso que los gramáticos llaman el genio del idioma) que tengan a la “y” como vocal al interior de una palabra. Si nos fijamos, lo mismo ocurrió con la voz aymará, que la RAE sancionó con la forma aimara. Este es el fundamento de por qué lo hizo. En el caso de las voces provenientes del guaraní se ha conservado la “y” sólo al final de la palabra —Paraguay, Uruguay— y jamás en su interior.

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