SANTIAGO.- Ante la crisis, muchas industrias tambalean y los negocios ven cómo sus ganancias se reducen. Los videojuegos no forman parte de ese grupo, y creen que serán uno de los sectores menos afectados por los vaivenes económicos.
Después del optimismo mostrado en el Tokio Game Show, la actitud en Chile no es diferente. Francisco del Álamo, gerente comercial se la tienda Zmart, asegura que el 2008 será un mucho mejor año que el 2007. “Hemos reducido nuestras expectativas de crecimiento en un 20, 25%, pero aún así, seguimos teniendo buenas ganancias”, explica, agregando que con este panorama, están muy lejos de una recesión.
Aún más optimista es Tomás Donoso, de Synergex Chile, que dice que el ritmo de importación casi no ha bajado. “Nos preocupamos al principio por el valor del dólar. Hubo que corregir algunos precios, pero en contra de nuestras especulaciones, los juegos se siguen vendiendo, se hacen ventas en verde (el sistema de pre-venta funciona muy bien) y seguimos trayendo los últimos lanzamientos”, dice muy contento.
Agrega que si la crisis se mantiene como hasta ahora “esta situación se va a mantener y contamos con todos los productos, no nos vamos a restringir con ningún título”.
Videojuegos ante todo
Esto tiene una explicación sencilla, en la que ambos coinciden. “En el presupuesto de un usuario, nuestros productos están al final. La entretención va a ser castigada, y si bien no van a viajar fuera del país para vacaciones, igual voy a comprar videojuegos. No voy a dejar de entretenerme con ellos, porque es un gasto relativamente pequeño”, explica Donoso.
Para del Álamo el panorama es muy similar. “Los juegos son un producto de reemplazo, la familia pueden reemplazar gastos mayores por estos más pequeños”, y así compensar, por ejemplo, que este año no saldrán de vacaciones.
Altos y bajos
Pero la crisis no está exenta de problemas, y la principal limitación que tienen los distribuidores de videojuegos es el dólar, ya que en 6 meses ha subido cerca de un 50%, lo que hace que los precios inevitablemente suban, aunque las empresas hacen lo posible por retenerlos.
Pero el tema del dólar es complicado. “Más que esté caro o barato, es la volatilidad lo que nos perjudica”, dice del Álamo y explica que eso les impide fijar los precios y no pueden importar con tranquilidad. “Todas las semanas salen juegos nuevos, entonces, ¿traigo stock para una semana o dos meses? Porque si la próxima semana baja mucho el dólar, me quedo con un stock muy caro”.
En todo caso, lo que sí se verá afectado será la venta de consolas de videojuegos, lo que a su vez puede fortalecer la venta de juegos. "Tal vez no es el minuto para cambiar mi PlayStation 2 por una PS3, pero sí voy a invertir en juegos nuevos que incorporan nueva tecnología y son atractivos", acota del Álamo.
Nuevos sistemas
Pero como siempre sucede en las crisis, surgen nuevas formas de arreglárselas para conseguir lo que quieren. Este caso no es la excepción y una modalidad que toma mucha fuerza es el “reciclaje” de videojuegos.
Muchas tiendas reciben juegos antiguos como parte de pago, y es un sistema que funciona. “Los que ya me aburrieron, los que me he dado vuelta 100 veces, los llevo para comprar uno nuevo”, dice el gerente comercial de Zmart, que ve como día a día llegan juegos antiguos que permiten abonar buena parte del nuevo.
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