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Carla Bruni

compromiso, casualmente idéntico al que Sarkozy le había regalado a su Ciganer-Albéniz: un Dior, de oro blanco, con un corazón de diamantes rosados.

Al mes siguiente, el 2 de febrero, se celebró el sencillo matrimonio en el primer piso del Palacio del Elíseo, frente a unas veinte personas. Fue “la ceremonia que Carla había deseado desde que era niña”, comentó la madre de la cantante.

En entrevista al diario “La Stampa”, la nueva suegra del Mandatario galo aseguró que Bruni prefería seguir viviendo en su departamento por el bien de su hijo, quien asiste a un colegio cercano, y que es Sarkozy quien acude todas las tardes a la casa de su esposa. Además, dijo que su hija estaba muy contenta por la visita que realizaría junto a su marido a Gran Bretaña, como primer viaje en calidad de Primera Dama.

Ese día llegó a fines de marzo, cuando Nicolas y Carla fueron recibidos en Londres por el príncipe Carlos y Camilla Parker-Bowles. Tomando en cuenta el magister en escándalos y paparazzis que tienen el hijo de Isabel II y su esposa, ¿habrán tenido la amabilidad de advertirle a la italiana que al salir del aeropuerto se encontraría en cada kiosko con diarios, como el “Daily Mirror”, que la mostraban en portada completamente desnuda y bajo el título de "Bienvenida a Gran Bretaña, Madame Sarkozy"?


La imagen corresponde a una fotografía tomada hace quince años, de la época en que Bruni era modelo, y fue rematada en 91 mil dólares el pasado 10 de abril en la casa de subastas Christie's del Rockefeller Center de Nueva York.

Pero mejor que cualquier lady inglesa, Carla superó el impasse y no doblegó su impecable compostura frente a los monarcas de Inglaterra.

Es que con Carla eso de “tu pasado te condena” no corre.

Fue ella misma quien cuestionó en su minuto la monogamia, por considerarla “mortalmente” aburrida, y que, nueve meses antes de comenzar su romance con Nicolas, había declarado: "No me gusta el matrimonio, hay algo de mentiroso en ese compromiso".

Pero, como si se tratara de otra persona, una vez que se casó con el Mandatario fue directa al decir: "Soy de cultura italiana y no me gustaría divorciarme... Soy, pues, la Primera Dama hasta el final del mandato de mi marido, y su esposa hasta la muerte. Sé bien que la vida puede reservar sorpresas, pero este es mi deseo".

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