Presidente
ruso:
Vladimir Putin, el zar del siglo XXI
Ha
dado estabilidad a su país, pero también se lo acusa de
autoritario. En su visita a Chile, participará en el APEC y tratará
de aumentar las relaciones económicas bilaterales.
TAMARA AVETIKIAN
BOSAANS
Enviada Especial
MOSCÚ.-
No son pocos los que consideran a Vladimir Putin un verdadero zar. Más
todavía desde que hace algunas semanas demostró su interés
por ampliar los poderes presidenciales modificando las leyes electorales
y las atribuciones para designar a los gobernadores regionales.
El pueblo ruso lo ama y respeta, como a un zar. Cuando los encuestadores
preguntan por qué les gusta el Presidente Putin, no responden
que es un gran estadista ni que confían en su capacidad, su astucia
o su inteligencia. "Me gusta porque es gente como uno", dicen
en cambio. Y quizás eso sea parte del secreto de la gran popularidad
del Mandatario ruso, que en estos días alcanza casi el 80%.
Era un desconocido en 1999, cuando el entonces Presidente Boris Yeltsin
lo ungió Primer Ministro, y meses más tarde, tras renunciar,
le dejó la Presidencia, describiéndolo como "el hombre
mejor capacitado para renovar Rusia en el siglo XXI".
Desde ahí comenzó la historia de amor con el pueblo ruso.
A pesar de que lo describían como un hombre gris, se transformó
en uno de acero apenas llegó al poder. Eso lo demostró
con la enérgica respuesta a los ataques de la guerrilla chechena,
lo que le dio inmediata popularidad. Tanta, que en marzo de 2000 no
fue necesaria una gran campaña electoral para que arrasara en
los comicios presidenciales.
El buen desempeño de la economía rusa en estos cuatro
años lo ayudaron a salir reelegido en marzo pasado, casi sin
oposición.
Tras el colapso de 1998, Rusia ha ido creciendo casi al 7%, lo que le
ha permitido superar muchos problemas que arrastraba desde la época
soviética. Además, el alto precio del petróleo
le ha dado un respaldo a su programa económico que cualquier
gobernante envidiaría.
En el impresionante marco del Salón de la Chimenea, en el segundo
piso del edificio presidencial en el Kremlin, el Mandatario ruso recibió
a "El Mercurio" para una entrevista en vísperas de
su viaje a Santiago.
Ahí cuenta que le gustaría que los chilenos tuvieran una
"imagen objetiva de Rusia", porque la Guerra Fría distorsionó
la manera de ver a su país. Su interés, dice, es demostrarle
a la opinión pública y a los empresarios chilenos que
Rusia hoy "es un socio confiable y muy seguro, tanto en los asuntos
internacionales como en los negocios".
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El
ex hombre del KGB
Nació en Leningrado, hoy San Petersburgo,
en 1952. De origen humilde, fue a una escuela
de élite, donde los alumnos tenían
acceso incluso a samizdat, libros prohibidos
que sus profesores hacían circular sin
temor. De ahí, pasó a la Escuela
de Leyes de la universidad leningradense, en
la que tendría como profesor a Anatoly
Sobchak, más tarde alcalde de San Petersburgo,
y quien sería clave en su futuro político.
Con su diploma en la mano saltó al KGB,
algo, dicen algunos, que había sido el
sueño de su juventud. Pasó unos
años en Dresden, Alemania Oriental, bajo
el seudónimo de "señor Adamov",
donde dirigía una "casa de la amistad",
institución de fachada para sus actividades
encubiertas de espionaje y de captación
de nuevos agentes.
No se sabe por qué dejó el KGB,
pero como buen discípulo de Yuri Andropov,
sabía que la URSS se derrumbaba y que
eran necesarias reformas urgentes si quería
mantener su estatus de potencia mundial.
En 1991 volvió a su ciudad natal, y ahí
restableció contacto con Sobchak, quien
lo dejó, primero, a cargo de las relaciones
internacionales del municipio, y después
lo nombró vicealcalde. Cuando Sobchak
perdió las elecciones en 1996 y se retiró,
Putin fue invitado a trabajar al Kremlin, donde
rápidamente se incorporó al círculo
de poder del entorno de Boris Yeltsin. En 1998
ya es jefe del FSB, organismo que reemplazó
al KGB y que requiere un remozamiento, y en
marzo del año siguiente fue nombrado
jefe del consejo de seguridad nacional, cargo
que desempeñó hasta su nombramiento
como Primer Ministro, en agosto de 1999.
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Gobiernos
sintonizados
Sobre Chile y su gente, dice tener una imagen muy positiva. Con el gobierno
del Presidente Ricardo Lagos, asegura, "estamos actuando en sintonía
en la arena mundial. Es muy importante la actitud independiente de Chile,
y su actuación en el Consejo de Seguridad de ONU ha aumentado
su prestigio en el ámbito internacional".
Teniendo como marco de fondo la reunión de APEC, el Mandatario
ruso aprovechará de fomentar las relaciones comerciales y agilizar
contactos con los empresarios chilenos.
"Las cifras de negocios (bilaterales) están muy bajas, ni
siquiera alcanzan a cien millones de dólares, eso, a mi juicio,
es prácticamente cero. Tanto Rusia como Chile tienen economías
que se están desarrollando a un ritmo acelerado, y por eso no
sólo se puede hablar de aumento del comercio, sino de inversiones
mutuas. Las exportaciones chilenas tradicionales, como vino y frutas,
han encontrado su lugar en el mercado ruso, pero hay muchas otras posibilidades.
Queremos proponer la venta de maquinarias, el intercambio en el sector
energético y también en el de tecnologías avanzadas".
-Se dice que es difícil hacer negocios en Rusia, que
aquí hay normas poco claras y que a veces las leyes no se cumplen.
¿Se pueden hacer inversiones y comercio seguros en su país?
"La economía rusa está pasando por una etapa de grandes
y profundas transformaciones. Se está desarrollando el mercado,
y ese no es un proceso fácil, porque además está
acompañado de transformaciones políticas. Una de las tareas
que nos planteamos es crear un orden político y judicial. Yo
diría que estamos en una situación estable, la economía
está creciendo, y las reglas también se han estabilizado.
Pero, claro, hay siempre gente que trata de evadir las normas, y nuestra
tarea, como gobierno, es tratar de que se cumplan".
"Las bases fundamentales de la economía rusa se están
afianzando. Los últimos cuatro años la economía
ha crecido a un promedio del 6,8 por ciento. Cuando asumí el
gobierno, la inflación era del 33,5%; este año no superará
el 10%. En 1999 teníamos unas reservas en oro y divisas de unos
12 mil millones, ahora esta cifra alcanza 107 mil millones de dólares.
La cesantía es de aproximadamente el 7%, y la mantendremos en
esa cifra. Estamos bajando las tasas de impuestos, y nos hemos propuesto
diversificar la economía. También tratamos de evitar la
presencia del Estado donde no es necesaria, y eso no es simple en un
país que ha tenido durante decenios una economía planificada".
-Usted habló de diversificación de la economía
y eso es fundamental si se considera que gran parte del crecimiento
económico ruso se debe al alto precio del petróleo.
"Efectivamente, esta coyuntura favorable del comercio exterior
ruso está influyendo de una manera importante sobre los indicadores
económicos, pero al mismo tiempo puedo decir que estas cifras
son producto de una política seria y económicamente viable,
implementada por mi gobierno. Se podría aumentar el gasto social,
pero en ese caso no tendríamos superávit en el presupuesto.
Cuando se den las condiciones para hacerlo, podremos gastar más
en educación, salud o defensa".
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Entrar
al Kremlin
No es cualquier cosa entrar al Kremlin, la fortaleza
que ha albergado a todos los mandamases de Rusia
y la ex URSS. Y si uno tiene una cita con Vladimir
Putin, las exigencias de seguridad son aun más
extremas. Primero hay que acordar todos los
detalles con sus secretarios de prensa. Reunirse
con ellos casi dos horas antes de la entrevista
. El punto de encuentro es la Torre del Reloj,
la misma puerta por donde los jerarcas soviéticos
entraban y salían en sus limusinas Zil.
La guardia militar hace el primer control. Cruzando
un patio interno, se llega al edificio presidencial.
Ahí se hace la segunda revisión
de seguridad.
La entrevista será en el segundo piso.
En un gran salón, con paredes amarillas
y blancas, habrá que esperar hasta la
hora fijada, las cuatro de la tarde. Pero Putin
estaba atrasado, en una reunión de gabinete.
Llegó, por fin, casi a las seis.
Siempre se ha dicho que es parco, seco y que
no es una persona muy locuaz. Entró con
paso firme al salón tapizado en colores
pastel. Saludó cordial, pero con cierta
timidez.
No es fácil decir como George Bush: "miré
sus ojos y pude ver su alma". Porque los
ojos azules de Putin pueden ser muy transparentes,
pero no es posible conocer en una mirada sus
secretos, que deben ser muchos. Al comenzar
a responder parecía estar algo nervioso,
pero en unos minutos ya estaba en total dominio
de sus palabras, tanto, que en tres oportunidades
corrigió al traductor, que no daba con
los términos precisos. Sus asesores,
que observaban con preocupación, controlaban
los minutos. Pero el Presidente respondía
largo, y era difícil contrapreguntar.
Eso echaba por tierra el mito de que es parco
y poco locuaz. Mide sus palabras, repite si
es necesario para que quede claro lo que quiere
decir.
Al final, había pasado el doble del tiempo
programado. Pero aun así, quedaron muchas
preguntas que no se pudieron formular. |
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El Presidente
Putin se preocupa de aclarar que Rusia no es responsable de los altos
precios internacionales del petróleo. "No es nuestra culpa
que la situación sea inestable en Irak, y en el Medio Oriente
y que la de Venezuela sea bastante complicada. Tampoco tenemos la culpa
de los huracanes en el Golfo de México. Sólo podemos alegrarnos
del crecimiento en las economías de China y de India, y estamos
a favor de que aumente la demanda de petróleo de esos países".
Se refiere al caso Yukos, en el que el empresario Mijaíl Jodorkovsky
afronta acusaciones relacionadas con fraude y evasión de impuestos.
"Hay algunos que tratan de relacionar los altos precios del crudo
con las dificultades de la compañía Yukos, pero le puedo
decir que todas las empresas rusas, incluida Yukos, han aumentado el
suministro de petróleo en los mercados internacionales. No estamos
en la OPEP, porque tenemos nuestra propia política energética
independiente".
-Usted ha dicho que el proceso de reformas económicas
no se ha completado. ¿Cuál es el plazo que se ha dado
para "normalizar" Rusia?
"La normalización ya se logró. Ahora se trata de
perfeccionar los mecanismos de desarrollo para lograr las tareas más
sustanciales. Lo principal es elevar el nivel de vida de nuestra población;
alcanzar una situación donde nuestros ciudadanos puedan gozar
un nivel de vida europeo. Y, por supuesto, para eso se necesita un tiempo
bastante largo. Pero hemos elegido el camino correcto y tenemos la intención
de seguirlo".
-A su gobierno se le acusa de estar siguiendo un rumbo autoritario.
¿Qué responde a esas críticas?
"Que son completamente falsas. Siempre que se trata de hacer más
efectivo el papel del Estado se provoca cierta incertidumbre. Pero cada
Estado busca las formas más aceptables para el funcionamiento
de sus instituciones democráticas".
El Mandatario hace un extenso análisis de la situación
en las regiones de Rusia, para explicar por qué pidió
a la Duma que apruebe su proyecto que le permite designar a los gobernadores
regionales que hasta ahora son elegidos por votación popular.
"Hay lugares donde los parlamentos se eligen por listas únicas
de partidos, otras por voto indirecto, y otras en una mezcla de ambas.
Cada región trata de crear sus procedimientos. Pero hay que evitar
el peligro de la desintegración del país, para que las
libertades y las prerrogativas de las regiones no lleguen al separatismo.
Personalmente, estoy en contra de las elecciones con listas de partidos.
No se pueden aceptar esas listas en regiones donde el comunista es el
único partido organizado".
"A mi juicio, es más conveniente un sistema multipartidista.
Rusia está buscando un sistema político, económico
y social que funcione de manera óptima, que tenga en cuenta las
tradiciones del país, pero basado en principios democráticos.
Está excluida la posibilidad de volver a un totalitarismo y seguiremos
el camino del desarrollo democrático que iniciamos hace catorce
años".
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