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El virus Papiloma y el cáncer cérvico uterino

Es un enemigo oculto fácil de detectar y atacar. Pero en la creencia de que a una nunca le va a pasar nada, se entra, innecesariamente, al grupo de mujeres que ven golpeada su vida por el cáncer.

Sí, el Virus de Papiloma Humano (VPH), uno de los factores principales en el orígen del cáncer cérvico uterino, convive con el ser humano desde que se inicia sexualmente y, en las mujeres, un simple examen como el Papanicolau (PAP) puede dar la alerta de si está actuando en su contra o no.

Descubierto hace muchos años, el VPH tiene más de 100 tipos diferentes y se ubica en la piel, la boca, la faringe, la zona genital y el ano. Su transmisión, a través de los fluidos o el contacto directo, hace casi imposible su control, pero en el caso de los VPH genitales, una simple medida de auto cuidado y prevención como el examen de PAP puede hacer la diferencia entre la vida y la muerte.

Los tipos de VPH que se encuentran en la zona genital tanto de hombres como mujeres no son más de 40 y de ellos, y sólo algunos provocan lesiones premalignas y malignas. La mayoría de ellos pueden generar verrugas benignas en la zona del pene, el escroto (bolsa de los testículos), la vagina y la vulva, respectivamente.

Pero esos pocos VPH genitales de alto riesgo son suficientes para que en el mundo mueran anualmente 250 mil mujeres (un 85% de ellas en países en desarrollo) y 677, en Chile, todos los años (año 2002).

Las cifras no son alarmantes si se considera que en los últimos 20 años, en el país, las muertes por cáncer cérvico uterino (CACU) han caído en un 50%, pero aún así, todos los años se detectan aproximadamente 1.100 nuevos casos. De ahí que el CACU sea la cuarta causa de muerte, por cáncer, entre las chilenas.

Si bien no es un virus nuevo, la ciencia aún no logra erradicarlo. Por eso, la prevención se ha convertido en la mejor arma para impedir que cause lesiones malignas e invasoras como el cáncer.

El VPH se contagia por contacto sexual, ya sea el coito o la manipulación, y debido a particularidades propias de la mujer en la zona del cuello uterino, puede generar una infección. El cuello uterino posee dos epitelios (células superficiales que lo recubren) que, por acción de las hormonas y otros, está constantemente renovándose y es ahí donde el VPH aprovecha la oportunidad para actuar y modificar las células de esa zona.

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