Volvo Cars y Uber unen fuerzas para desarrollar la siguiente generación de vehículos de conducción autónoma. Las dos compañías firmaron un acuerdo para desarrollar un proyecto conjunto que permitirá integrar las más recientes tecnologías en esta materia.
El proyecto establecería plataformas técnicas básicas que escalarían hasta llegar a modelos completamente autónomos. Los vehículos de base serían fabricados por Volvo y luego adquiridos por Uber.
Tanto Volvo y Uber contribuirán con US$300 millones para financiar el desarrollo tecnológico involucrado en el proyecto.
El acuerdo también establece que ambas empresas utilizarán el mismo modelo básico para sus propias estrategias de desarrollo de tecnologías de conducción autónoma, que al menos en el caso de Volvo pretenden conseguir un modelo que eventualmente pueda excluir completamente al conductor.
El acuerdo Volvo-Uber marca un significativo paso en el negocio automovilístico, con un fabricante de automóviles aliándose con una compañía basada en Silicon Valley. De esta manera, afirma un comunicado del fabricante sueco, queda subrayado el camino que la industria del auto está siguiendo en función de la incorporación de tecnologías emergentes.
El nuevo vehículo de base se diseñerá a partir de la Arquitectura de Producto Escalable o SPA por sus siglas en inglés, que actualmente se utiliza en la gama elevada de Volvo, como el XC90 y los S90 y V90.
La marca señala que la elección de esta plataforma es lógica debido a que desde que empezó a ser desarrollada en 2010, se tuvo en mente que fuera capaz de incorporar tecnologías de conducción autónoma, que ya por entonces se identificaba como una de las más importantes líneas de desarrollo de automóviles del futuro.
