Volvo Cars puso en marcha oficialmente Drive Me, calificado por la propia marca como “el experimento más ambicioso y avanzado que existe en cuanto a conducción autónoma pública se refiere”.
Dicho plan comenzó con la salida de la línea de producción del primer vehículo autónomo que será utilizado para el proyecto en la ciudad de Gotemburgo, sede de Volvo Cars.
Se trata de un XC90 totalmente automatizado, el primero de una serie de vehículos que incorporarán este tipo de tecnologías, los cuales serán utilizados por familias de Gotemburgo en caminos públicos.
La perspectiva de Volvo es que este tipo de vehículos ayudará a disminuir los accidentes de tránsito, reducir la congestión en las calles, así como a minimizar las emisiones contaminantes. Además, y como factor fundamental, según la marca, está la meta subyacente y autoimpuesta de que para 2020 nadie resultará muerto o gravemente herido si viaja a bordo de un Volvo.
Según este fabricante, el proyecto Drive Me se diferencia de otros experimentos de conducción autónoma en que no confía únicamente en sus propios ingenieros, sino que también quiere recoger comentarios y el aporte de clientes reales que utilizan este tipo de vehículos en su vida cotidiana.
Actualmente, Volvo ofrece la funcionalidad semi-autónoma llamada Pilot Assist en su nueva serie 90. Este sistema controla suavemente la dirección para mantener alineado el vehículo con las líneas de la carretera hasta los 130 km/h sin la necesidad de seguir otro auto.
En cambio, los modelos Drive Me incorporan la capacidad de quitar las manos del volante y los pies de los pedales para las zonas especiales de manejo en Gotemburgo, impulsados por lo que Volvo llama Autonomous Driving Brain (Cerebro de Conducción Autónoma).
Drive Me por ahora tienen carácter experimental, pero Volvo espera recoger suficiente conocimiento acerca de estas tecnologías como para que un vehículo que las incluya pueda ser comercializado en 2021.