Cada salón de clase mundial tiene sus características propias: el de Ginebra es el reino de los deportivos, el de Frankfurt es el festival alemán, tanto como el de París es el festival francés, por el dominio de los fabricantes locales. Pero el de Sao Paulo es, definitivamente, el “salón del plástico”.
Claro, porque prácticamente todas las marcas tienen en sus stands modelos que siendo normalmente urbanos, han sido modificados localmente para convertirlos en crossovers. En la práctica eso significa tomar un auto cualquiera para ponerle revestimientos, protecciones, defensas y rebozos de toda calaña, pero invariablemente son de legítimo plástico.
Y, por supuesto, renombran el modelo añadiendo al nombre original el apellido “cross” o algo así, pero siempre haciendo referencia a lo salvaje, extraurbano, aventurero y sin pavimentar.
¿Pero por qué crossovers? Posiblemente por la búsqueda de diferenciación en un mercado con una oferta relativamente acotada de marcas y modelos y porque esta relación con un estilo de vida más “natural” es buena onda.
Las marcas y sus propuestas
Como sea, esta edición del Salón de Sao Paulo, que abrió sus puertas a la prensa este martes, no es la excepción. Apenas se entra a la exhibición en el novísimo recinto de exposiciones Sao Paulo Expo, nos encontramos con el Fiat Mobi Way On, que no es más que un Mobi (un citycar con mucha cara de que viene para Chile) con los ingredientes de crossover ya mencionados. Igual sigue teniendo un motor de un litro.
En el stand de al lado está el Chevrolet Onix Activ, una modificación del modelo urbano recién estrenado en nuestro país. La marca del corbatín se lo tomó más en serio con una S10 (en Brasil no existe la DMax) muy modificada con enormes neumáticos de 22 pulgadas y otros accesorios que le endurecen el aspecto.
Un poco más allá está la gente de Volkswagen que tiene toda una gama de modelos urbanos enchulados con plásticos llamada Track. El más curioso es el Up! Track, que es un pequeño Up! concebido desde lo más profundo para operar en la ciudad, pero en Brasil parece que se le encargan otras misiones.
Ford se anota en el “salón del plástico” con el Ka Trail, una versión endurecida del modelo de segmento A que se mueve por la gracia de un motor de 1,5 litros y transmisión de cinco marchas.
Ni siquiera los usualmente severos japoneses de Toyota escapan a la tendencia. Sin inhibiciones muestran el Etios Cross, que es una variante station wagon elevada y reforzada con abundante plástico de un modelo que de estar en Chile estaría por debajo del Yaris en tamaño. Tiene un motor de 1,5 litros y una caja automática de cuatro marchas.
La apuesta francesa
El caso de Peugeot es distinto, porque esta marca ya tiene crossovers auténticos, pero para estar a tono con la tendencia, tomaron un 2008 y lo transformaron en el 2008 Crossway. Tiene un motor de 1,6 litros flex (que usa etanol o gasolina) de 122 o 115 caballos según si usa un combustible o el otro.
La marca hermana de Peugeot en PSA, Citroën, no se queda atrás y expone un C3 City Rider (la generación antigua del modelo) con los aditamentos usuales para el caso y extrema un poco las cosas con un sorprendente C3 Picasso Aircross, que es una minivan sobreelevada y sobrecargada de toda clase de accesorios offroad, aunque sigue teniendo tracción delantera.
Mercado indio dice presente
La muestra la cierra el Kwid, que es un auto de segmento A que por ahora se vende solo en India y Brasil y que fue objeto de la intervención plástica brasileña para transformarlo en el Kwid Outsider.
