La surcoreana Ssangyong renueva una vez más su exitosa camioneta Actyon Sport, esta vez y aunque el lector no lo crea, con una variante especialmente concebida para el mercado chileno.
Esta es la historia: resulta que Ssangyong, a pesar de ser el fabricante de automóviles más antiguo de Corea del Sur, es también el más pequeño. Y aunque le han llegado ingentes capitales de sus propietarios de Mahindra, de India, el hecho es que Chile es el destino más importante de las exportaciones de la marca, medido en términos de participación de mercado.
De hecho, más del 50% de las camionetas que exporta Ssangyong tienen como destino Chile.
Por eso es que la gente de SKBergé, que la representa en nuestro país, puede darse el lujo de pedir a la marca que se configure una versión de la Actyon Sports capaz de competir en el mercado corporativo: mineras, forestales, construcción, etc. Y además que le hagan caso.
La Ssangyong Actyon Sports que hasta ahora se vende en Chile tiene un considerable éxito en el mercado residencial; o sea, para uso familiar. Con un motor de 2 litros diésel y un andar de SUV suave, se trata de un vehículo cómodo para uso diario. Por eso es que es el líder en ventas en el segmento 4x2 de este tamaño.
Lo que ahora llega, sin embargo, busca ir al mercado de trabajo duro. Para ello introduce un nuevo motor –estrictamente una evolución del motor de 2 litros ya conocido- cuya mayor gracia es que se trata del primero en el segmento en cumplir normas Euro VI. Tiene 2,2 litros (por el aumento de la carrera de los pistones respecto del motor anterior), una potencia de 177 hp y un torque máximo de 400 Nm.
O sea, gana 22 caballos y 40 Nm respecto del motor de 2 litros. Y se notan. De acuerdo a la homologación, dependiendo de la versión, el modelo rinde entre 12,1 y 14,1 km/l como promedio.
Esta maquinaria puede ir acoplada a una caja de cambios manual de 6 marchas o a una automática, también de 6. No es la misma de la Actyon Sport 2,0, sino una recién integrada a la gama firmada por Aisin.
Junto con esto, se incluyeron modificaciones significativas en la suspensión, que ahora tiene resortes helicoidales más rígidos, nuevos amortiguadores, nuevas barras estabilizadoras y un mayor despeje sobre el suelo (+1,5 cm).
Por la experiencia de manejo del lanzamiento del producto, ejecutada en los mares de arena al norte de Copiapó, la suspensión sigue comportándose muy bien. Copia estupendamente el terreno, no es rebotadora y no llega a agotarse su extensión o compresión fácilmente pese a lo exigente del recorrido. Empero, su mayor resistencia podría ser clave para el éxito de este vehículo en los mercados que pretende.
Hay algunos otros detalles que cambiaron. En el interior hay un nuevo volante y se agregaron unas decoraciones cromadas y aluminizadas en el por otro lado muy sobrio panel de instrumentos.
La gama de opciones de la Actyon Sport 2,2 se agrupan en seis versiones que parten con dos de tracción 4x2, con caja manual o AT, y luego 4 versiones con tracción 4x4 (con reductora y todo). Tres de ellas con caja manual y una automática.
Esta última tiene equipamiento bastante premium, como llantas de 18”, climatizador, pantalla de 7” con cámara de retroceso, techo solar, tapicería de cuero y otras amenidades.
La seguridad activa y pasiva se limita a lo básico, con un máximo de 2 airbags y frenos ABS.
La gama de precios va desde los $11.990.000+IVA y hasta los $17.490.000+IVA. Ahora bien, como es un vehículo diésel, el cliente individual que quiera una deberá pagar el llamado “impuesto verde”. Puesto que este nuevo motor cumple normas Euro VI, en lugar de pagar $1.480.000 aproximadamente como pasa con el otro motor, con este sólo se pagan $460.000.
Por cierto y antes de que aparezcan las protestas, hay que puntualizar que la Actyon Sports 2,0 sigue a la venta.
