Un marcado optimismo se ve en los amplios espacios del Salón de Shanghai. La oferta de las marcas locales se ha volcado poderosamente hacia los SUV, crossovers urbanos y vehículos eléctricos.
El tamaño del Salón de Shanghai, que abrió sus puertas este miércoles con cientos de expositores repartidos en dos plantas, ilustra la importancia del mercado chino, el primero del mundo, que pasó en una generación de la irrelevancia a representar un cuarto de las ventas mundiales.
En China se vendieron cerca de 24,38 millones de autos individuales en 2016, tras un crecimiento espectacular de 15% respecto al año anterior, alentado por una importante reducción del IVA para la compra de vehículos de pequeña cilindrada.
La empresa de información económica IHS vaticina, por su parte, una estabilización de las ventas este año, para luego sufrir una caída en 2018.
China conserva, sin embargo, un inmenso potencial de crecimiento gracias a las provincias del interior del país, que están menos saturadas que las metrópolis costeras.
Si hay alguna conclusión que puede sacarse de lo que se ve en el Salón de Shanghai de este año, es que los constructores extranjeros han perdido terreno ante el auge de las marcas chinas (Geely, Great Wall, Changan, SAIC...), que ya representan cerca del 45% del mercado gracias a sus SUV compactos, muy apreciados en el país asiático.
Las marcas europeas de gama alta, como las alemanas Audi, Mercedes y BMW son las únicas que parecen a salvo.
Lanzamientos
Entre el crecimiento de los SUV locales y las marcas de lujo, los constructores extranjeros de gama media pierden espacio, como lo ilustra el caso del francés PSA, cuyas ventas se redujeron en 16% el año pasado en China, al no anticipar el éxito de los SUV compactos, cosa que podría revertirse con la llegada de modelos como el Peugeot 3008 y del Citroën C5 Aircross, que son parte de la muestra este año.
También Volkswagen sigue ese camino con su todocamino ligero T-Roc; en tanto, Ford lanzó para el mercado local la camioneta Ranger, definida como una “extensión natural” de los SUV.
Los autos eléctricos o híbridos también son protagonistas en Shanghai, en un momento en que el gobierno chino se plantea imponer a los constructores unas ambiciosas cuotas de vehículos no contaminantes.
Volkswagen se unirá al chino JAC para construir sus primeros autos “limpios” en el país a partir de 2018, y el fabricante sueco Volvo, que si bien no forma parte de la exhibición, confirmó que venderá en 2019 su primer auto 100% eléctrico en China.
Pero la competencia también crece en el mercado de los autos eléctricos, dominado de forma aplastante por las marcas chinas y en el que ahora despuntan algunas empresas emergentes extranjeras.
