La serie de motores DUramax está en tela de juicio.
Chevrolet
NUEVA YORK.- Después de Volkswagen y Fiat Chrysler, General Motors es ahora implicado en el "dieselgate" por una demanda que ha sido presentada en Estados Unidos contra el primer constructor de automotores de ese país, acusado de haber instalado sistemas para ocultar el nivel real de emisiones contaminantes en algunos de sus vehículos diésel.
El fabricante de autopartes alemán Bosch, ya citado en una denuncia contra Volkswagen, también es acusado por los demandantes, cuyas quejas fueron asociadas en una demanda colectiva (class action) presentada el jueves ante un tribunal de Michigan, donde tiene su sede General Motors (GM).
Bosch es acusado de haber sido "un participante activo, que estaba al tanto del fraude destinado a burlar" las normas estadounidenses sobre emisiones.
Los propietarios y arrendadores de más de 705.000 grandes camionetas diesel Chevrolet Silverado Duramax y GMC Sierra Duramax afirman que GM instaló diferentes sistemas fraudulentos en esos vehículos entre 2011 y 2016.