El fabricante estadounidense Ford anunció que su fábrica de Valencia, España, será la encargada de fabricar un nuevo modelo 100% eléctrico y que la marca ha definido como de última generación.
La noticia fue un balde de agua fría para la planta de Ford en Sarrelouis, Alemania, complejo que también se postulaba para asumir dicha responsabilidad. La decisión desató la inmediata preocupación de los sindicatos de trabajadores del complejo germano ante un incierto futuro.
Según informó la marca del óvalo azul, las instalaciones emplazadas en Valencia, en el sudeste de España, fueron finalmente las escogidas para instalar las nuevas líneas de ensamblaje de los vehículos de la nueva generación eléctrica.
El jefe del gobierno, el socialista Pedro Sánchez celebró el anuncio en un tuit y los sindicatos también expresaron su alivio por los cerca de 6.000 empleados de la planta.
"Gran noticia que garantiza el futuro de la fábrica", dijo el secretario general de la Unión General de Trabajadores (UGT). Este sindicato celebró que este proyecto le da futuro a la plantilla para 12 años.
En cambio en Sarrelouis, en el oeste de Alemania, la decisión generó preocupación, en la medida que la empresa dijo que está "evaluando sus opciones" para el futuro.
"La planta de Sarrelouis con sus cerca de 4.600 empleados va a ser progresivamente desmantelada", advirtió el sindicato IG Metall.
El fabricante estadounidense afirma que la construcción del nuevo modelo en España "va a ayudar a construir un negocio rentable en Europa", pero los sindicatos acusaron a la empresa de haber organizado una "competencia brutal" entre las dos plantas en los últimos meses.
