Los tradicionales motores de combustión tienen sus días contados en una industria automotriz que avanza a toda máquina en su transición hacia tecnologías más amigables con el medio ambiente, siendo los autos eléctricos con baterías de ion de litio los llamados a liderar el proceso.
No obstante, el cambio a vehículos cero emisiones debe enfrentar en un corto plazo problemas que ponen en riesgo las ambiciosas metas propuestas por mercados como el europeo que busca prohibir, a partir de 2035, la venta de vehículos nuevos con motores convencionales.
En ese contexto, un estudio realizado por la firma Benchmark Minerals proyecta que para cumplir tales objetivos se requiere encontrar y comenzar a operar cientos de nuevos proyectos mineros de grafito, litio, níquel y cobalto, insumos esenciales para la fabricación de las celdas de energía.
El número podría ser un poco menor, agrega el documento, si se avanza en materia de reciclaje y economía circular.
La consultora indica que según sus proyecciones, en el mejor de los casos, se requerirán al menos 336 nuevas minas para generar las materias primas que requerirá la industria automotriz. De ahí que no pocos fabricantes ya avanzan en el desarrollo de tecnologías alternativas a las baterías de ión de litio como las que se centran en el hidrógeno.
En el estudio se pone especial atención en el litio y el grafito, calificados como dos materiales esenciales para la fabricación de vehículos eléctricos y baterías.
La consultora calculó que solo para satisfacer las necesidades de grafito de la industria automovilística para mediados de la próxima década se necesitarán unas 97 nuevas minas que generen 56 mil toneladas en promedio. En la actualidad, precisa un reporte del sitio Autobild.es, hay poco más de 70 operativas en todo el mundo y la mayoría de ellas están en China y África.
En el caso del litio, se señala que para responder a los requerimientos de los fabricantes automotrices se requerirán, por lo bajo, 74 nuevas minas que produzcan, en promedio, 45 mil toneladas para 2035.
Esta cifra, precisa el documento, podría bajar a unos 59 yacimientos en caso que se invierta y avance en técnicas de reciclaje y economía circular.
"Dado que las minas tardan al menos cinco años en estar operativas, deberán estar en funcionamiento en 2033", afirman los analistas de Benchmark.
En cuanto al níquel el reporte precisa que para la próxima década se necesitará que estén operativos unos 72 proyectos mineros que generando un promedio de 42.500 toneladas.
El resto de los yacimientos que se requieren, según el estudio, se encargarán de proveer de otras materias primas como cobalto y otros.
