Todo indica que el gigante de la industria automotriz Toyota está dejando atrás los problemas generados por la pandemia del covid-19 y que afectaron directamente su capacidad de producción, la que en los últimos meses se anotó por debajo de lo estimado para el año.
No obstante, agosto marcó un cambio en la tendencia con una producción mundial que creció a un ritmo récord a medida que se fueron normalizando las operaciones en las plantas con un alza final calculada en un 44,3%.
El anuncio ofrece un poco de alivio para el fabricante de automóviles japonés, que ha estado bajo escrutinio sobre si puede cumplir con su objetivo de producción anual de 9,7 millones de vehículos a medida que China reduce las restricciones pandémicas y la escasez de chips muestra algunos signos de recuperación.
Durante agosto, añade un reporte de Reuters, la producción de vehículos de Toyota se disparó un 44,3% en comparación con igual mes del año pasado con una producción de 766.683 vehículos, por encima de su objetivo de alrededor de 700.000 y por sobre la producción de hace un año de 531.448.
La producción aumentó principalmente en el extranjero, con un incremento interanual del 5,6% en la producción nacional y un alza del 65,1% en sus plantas del exterior.
Toyota pudo asegurar más componentes de semiconductores de lo previsto principalmente en Asia, una región donde también hay una fuerte demanda de los consumidores, dijo un portavoz.
Aún así, Toyota precisó que el panorama sigue siendo incierto debido a la escasez mundial de chips y los eventuales brotes de covid-19.
Sin ir más lejos, la semana pasada Toyota dijo que planea producir unos 800.000 vehículos en todo el mundo en octubre, unos 100.000 menos que su plan de producción mensual promedio, debido precisamente a la escasez de ese componente.
Pese a la fuerte alza experimentada en agosto, Toyota aún está un 6,7% por debajo de los planes iniciales de la compañía para este año fiscal, pese a ello el panorama comienza a mejorar.