Como una de las marcas más exclusivas del mundo, Bugatti se caracteriza por realizar un riguroso trabajo en el desarrollo de sus vehículos deportivos y en ese sentido la estética no queda ajena a esta premisa.
De hecho, sólo la labor de pintura implica varias horas de trabajo a mano que se traducen en vehículos a los que pueden acceder unos pocos afortunados.
Tan complejo es este proceso que en el mismo tiempo que le puede llevar a un fabricante tradicional de autos de lujo construir cuatro o cinco unidades en su totalidad, Bugatti solo habrá completado la pintura de un hiperdeportivo.
Según explica la marca, el resultado es gracias a un completo equipo de artesanos que no sólo saben de memoria las características de cada pintura y capa que aplican, sino también cómo reaccionarán con los diversos materiales con los que se crea un hiperdeportivo Bugatti.
Así, el fabricante señaló que primero realizan toda la pintura en los paneles de la carrocería individualmente, mientras se retiran del propio automóvil, tratando cada sección pintada como un pequeño lienzo en blanco, listo para ser terminado con detalles intrincados.
Además, incluso antes de que los especialistas en pintura apliquen una sola capa de color, capa transparente o imprimador, cada panel se revisa minuciosamente en busca de minúsculas picaduras que puedan afectar el acabado más adelante.
Solo una vez que la inspección revela que la calidad de estos es impecable, los maestros artesanos aplican una primera capa de imprimación para crear una base sobre la que puedan trabajar, que luego lijan hasta obtener una superficie lisa y uniforme sobre todas las piezas, antes de aplicar una segunda capa de imprimación.
Después de no menos de 100 horas de trabajo preciso y detallado, los paneles todavía están a cientos de horas de recibir su primera capa de color. Antes de que los pintores apliquen este primer tono, llevan a cabo un proceso completo de barnizado y lijado, barnizado de nuevo y lijado de nuevo.
Así, tras varias capas, finalmente aplican el color de la carrocería con absoluta precisión. Como si fuera poco, el equipo también analiza cada panel individualmente en busca de cualquier mínima diferencia de color.
Una vez que el automóvil está pintado con los altos estándares requeridos por Bugatti, aún quedan cuatro días de pulido para lograr un brillo perfecto.
En total, este proceso extremadamente meticuloso de pintura requiere entre 600 y 700 horas de trabajo artesanal.
