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Dodge Charger: un viaje a través de siete generaciones y su electrizante futuro

Lanzado en la década de los 60 este muscle car ha sabido adaptarse a los cambios y así lo muestran sus siete generaciones. Ahora es el primero de su tipo 100% eléctrico.

12 de Marzo de 2024 | 17:42 | Por Carlos Valdés
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El Dodge Charger, calificado como un ícono del automovilismo estadounidense, ha cautivado a los amantes de los muscle cars por más de 50 años, periodo en el cual ha sumado siete generaciones, cada una con sus propias características tanto en diseño como en motorización y que lo han convertido en un referente de potencia, estilo y rendimiento, cualidades que pretende mantener con su primera versión 100% eléctrica, la que llegará en 2025.

Si bien el reemplazo de su poderoso motor V8 por un sistema totalmente eléctrico es un cambio radical en el ADN de este modelo, no es la única transformación que ha sufrido a lo largo de sus casi 60 años de existencia y que acá repasamos con cada una de sus generaciones.


    • Primera generación (1966-1967)

      El Charger irrumpió en 1966 y se construyó utilizando como base del Dodge Coronet pero con una carrocería totalmente distinta que destacaba por sus grandes dimensiones y estilo fastback, el que ya había llamado la atención un año antes con la presentación del concept car de este modelo.

      El Charger combinaba un diseño distintivo con un rendimiento impresionante. Su perfil aerodinámico, destacado por su característica parrilla delantera que ocultaba los focos, daba una apariencia agresiva que reflejaba su potencia bajo el capó donde montaba desde el V8 de 5.2 litros hasta el poderoso Hemi V8 de 7.0 litros, lo que permitía una amplia gama de potencia para satisfacer las demandas de los entusiastas del rendimiento. La transmisión manual de cuatro velocidades o la automática de tres velocidades añadían a su carácter deportivo y su capacidad de dominar la carretera.

    • Segunda generación (1968-1970)

      La segunda generación del Dodge Charger fue producida entre 1968 y 1970, siendo catalogada como el inicio de la leyenda de este muscle cars estadounidense. En este periodo el Charger no solo intentó solucionar los problemas de la primera generación, sino también posicionar su nombre en las competencias de automovilismo, consolidando su estatus como un icono del rendimiento y el diseño audaz, algo que además se vio potenciado gracias al cine y la TV debido a su participación en la cinta Bullitt (1968) y, años más tarde, en la famosa serie “The Dukes of Hazzard” (década de los 80).

      Esta segunda generación presentó una carrocería más aerodinámica y agresiva, con líneas elegantes y su distintiva parrilla que sería modificada en 1969. Esta generación también destacó por ofrecer un interior espacioso y confortable, con características y tecnología avanzadas para la época. Si bien su oferta motriz era prácticamente similar a su antecesor, durante su desarrollo se mejoraron sus prestaciones y mecánica de conducción. Precisamente en esta época se lanzaron los hoy cotizados Charger R/T y Charger 500. El primer es considerado entre los muscle car más demandados debido a su poderoso motor V8 de 7210 cm2 (440 pulgadas cúbicas), mientras que el Charger 500 nace el Dodge Charger Daytona, auto que entró a la historia por su inconfundible frontal puntiagudo y su gigante alerón trasero.

    • Tercera generación (1971-1974)

      El Dodge Charger de tercera generación, producido entre 1971 y 1974, marcó un cambio radical en el diseño del icónico muscle car, ya que se alejó de las curvas voluptuosas de su predecesor para adoptar un estilo más angular y agresivo, reflejando la época de cambios en la industria automotriz. Este modelo era más largo, ancho y pesado que su predecesor. Su frontal destaca por la parrilla dividida en dos por un parachoques prominente, mientras que la parte trasera lucía faros traseros cuadrados y un alerón integrado en la tapa del maletero.

      En cuanto a su motorización esta generación montó una amplia variedad de motores como el V8 Magnum 318 de 5.2 litros hasta el poderoso 440 Six Pack de 7.2 litros, con potencias que podían superar los 400 caballos de fuerza. Gracias a esto el Charger de tercera generación figuraba con un auto rápido y potente, capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en menos de 6 segundos y alcanzar velocidades máximas de más de 200 km/h. Al igual que en la generación pasada también se ofrecieron variantes como el R/T, con un diseño más deportivo y un motor más potente.

    • Cuarta Generación (1975-1978)

      A partir de 1975 el Charger se alejó de sus orígenes y se convirtió en un voluminoso cupé de lujo basado en el Chrysler Cordoba que debía competir con modelos como el Chevrolet Monte Carlo. El Charger SE (Special Edition) fue el único modelo que se ofreció y que destacaba por una carrocería cuadrada, sin la deportividad de sus antecesores. Algo que cambiaría en 1974 cuando se incorporaron tres nuevas versiones (deportiva, SE y Daytona).

      Es calificada como una de las peores generaciones de este modelo y su desarrollo respondió a un periodo crítico de la industria automotriz estadounidense marcada por la crisis del combustible que golpeó con fuerza a los ejemplares con grandes motores. Pese a ello esta generación pudo adaptarse a las condiciones del mercado gracias a su enfoque en el lujo y la comodidad, pese a su diseño más conservador y motorización de más baja potencia.

    • Quinta generación (1981-1987)

      Tras algunos años de ausencia en 1981 Chrysler presentó la quinta generación de este modelo con una apuesta arriesgada que dejó en el pasado al icónico muscle car para incursionar con un diseño compacto, estilo hatchback, desarrollado por el equipo europeo de la compañía.

      Paralelamente la quinta generación dejó de lado los poderosos bloques V8 para montar exclusivamente motores de cuatro cilindros y tracción en el eje delantero. Para los amantes de la velocidad y mejor rendimiento la marca también desarrolló el Dodge Charger 2.0 con carrocería más agresiva y gráficos en sus laterales, al que se sumaría la versión especial llamada Dodge Charger Shelby con un diseño más deportivo que ofrecía además mejoras en su suspensión y un motor de 4 cilindros turboalimentado. Pese a ello esta quinta generación nunca logró la aceptación del público.

    • Sexta generación (2006-2010)

      Después de una pausa de largos 20 años Dodge apostó por volver a los orígenes del Charger sorprendiendo al mundo automotriz con una nueva generación que buscaba retomar el ADN desenfadado de los primeros modelos con un llamativo sedán de cuatro puertas que buscaba combinar la deportividad de antaño y la comodidad.

      Con motores V6 y V8 HEMI en esta generación también se desarrollaron distintas versiones para alcanzar a un mayor segmento de compradores entre las que destacan el R/T y el SRT8, ambos con un bloque V8 HEMI y un diseño más deportivo. Otra versión fue el Charger SRT Hellcat, el que con su motor V8 de 707 caballos de fuerza se convirtió en uno de los muscle cars más potentes del mercado.

    • Séptima Generación (2011-2023)

      El Dodge Charger de séptima generación se estrenó en 2011 y marcó una evolución del muscle car americano con un diseño más moderno y aerodinámico, sin perder la esencia musculosa y potente que lo caracteriza. Así las cosas conserva la silueta de un sedán de cuatro puertas, pero con líneas más fluidas y un frontal agresivo. La parrilla prominente, los faros de LED y las tomas de aire en el capó le dan un aspecto imponente. En la parte trasera, destaca el difusor integrado en el parachoques y las luces LED.

      La gama de motores del Charger de séptima generación incluye opciones V6 y V8 HEMI. Entre los más destacados encontramos el V6 Pentastar de 3.6 litros, el V8 HEMI de 5.7 litros y el poderoso V8 HEMI de 6.2 litros del SRT Hellcat, que produce 707 caballos de fuerza. En 2023 la empresa anunció el fin de los bloques más grandes y la llegada de una versión 100% eléctrica.

    • Nueva generación y un futuro electrizante (2024- )

      Hace unos días Dodge presentó oficialmente los modelos que darán vida a la octava generación del Charger con un impresionante Charger Daytona 100% eléctrico, una versión Scat Pack que rendirá 670 CV de potencia y acelerará de cero a 100 km/h en alrededor de 3,3 segundos, pudiendo cubrir el primer cuarto de milla (unos 400 metros) en sólo 11,5 segundos, un tiempo jamás alcanzado por ningún otro muscle car hasta la fecha.

      Los clientes que quieran un Charger eléctrico no solo dispondrán de la brutal versión Scat Pack, ya que Dodge también ofrecerá otras variantes de este modelo cero emisiones como el Daytona R/T, con su potencia limitada a 496 CV. Los más puristas también podrán acceder a versiones con motor a combustión pero estos sólo serán V6.

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