El paulatino aumento en el tamaño de los vehículos, impulsado por la alta demanda del público por estas unidades, está planteando no sólo dificultades de espacio en las grandes ciudades y un aumento de las emisiones del sector automotriz, sino también serios problemas de seguridad para los peatones, ciclistas, y otros usuarios vulnerables en las vías.
Así quedó demostrado en un gráfico pero instructivo video subido a YouTube por el canal FortNine, donde se demuestra cómo los vehículos más grandes y pesados, como los SUV y pick-ups, representan un riesgo considerable en caso de atropello.
El registro, respaldado por datos de un análisis de Justin Tyndal publicado en Science Direct, revela que el diseño y la altura de los frontales de estos vehículos juegan un papel crucial en la magnitud del daño infligido a los peatones en caso de colisión.
Según el citado estudio, por cada 10 cm adicionales en la altura del capó de un vehículo, el riesgo de mortalidad para los peatones aumenta en un alarmante 22%.
Precisamente el video de FortNine ilustra estas conclusiones, con pruebas que simulan atropellos a diferentes velocidades utilizando un maniquí de 90 kg de peso.
Los resultados son impactantes: mientras que los vehículos con frontales más bajos, como los sedanes, causan lesiones principalmente en las piernas, los vehículos más altos, como las pick-ups, impactan directamente en la zona del pecho, disminuyendo drásticamente las probabilidades de supervivencia incluso a velocidades moderadas.
Este análisis sugiere que una regulación que controle la altura y prominencia de los frontales de los vehículos podría ser más efectiva para mitigar el riesgo para los peatones que simplemente limitar el peso del vehículo.
Esta idea es respaldada por el Insurance Institute for Highway Safety (IIHS) de Estados Unidos, organismo que afirma que una vez que se controla la altura del frontal, el impacto del peso del vehículo es relativamente pequeño en comparación.
En Europa el gran tamaño de los vehículos también ha encendido luces de alarma. Sin ir más lejos, hace poco París adoptó drásticas medidas para limitar el uso de estos ejemplares aumentando considerablemente el precio que deben pagar por el uso de los estacionamientos, exigiendo además una regulación que controle el tamaño de los vehículos.