El mercado de vehículos eléctricos en Alemania atraviesa una situación crítica debido a una notable caída en la demanda por estas unidades, la que se incrementó desde que las autoridades germanas decidieron, a finales de 2023, retirar las subvenciones estatales para la adquisición de estos modelos.
Debido a este desplome en la demanda, se estima que unos 100.000 vehículos eléctricos permanecen estacionados en puertos, almacenes y fábricas acumulando polvo, sin encontrar compradores.
A pesar de que Alemania sigue siendo uno de los países con mayor volumen de matriculaciones de autos eléctricos en Europa, las cifras recientes muestran una disminución de más del 16% en comparación con el primer semestre del año anterior. Este descenso se atribuye en gran parte a la finalización de las ayudas estatales, lo que ha provocado que muchos consumidores prefieran esperar antes de adquirir un vehículo eléctrico.
La situación también ha afectado gravemente a los concesionarios. Según un informe de la revista Auto Motor und Sport, el 80% de los concesionarios germanos están perdiendo dinero con la venta de modelos eléctricos, y el 70% se niega a aceptar estos vehículos como parte del pago para la compra de nuevos modelos.
Además, la presión de los fabricantes chinos, que han intentado introducir masivamente sus vehículos eléctricos en Europa, ha intensificado la competencia, complicando aún más la situación para los fabricantes alemanes.
Marcas como Audi y Volkswagen se enfrentan a la necesidad de replantear sus estrategias, con decisiones que incluyen el cierre de fábricas y la cancelación de planes de expansión.