Los fabricantes automotrices han solicitado a la Unión Europea adoptar "medidas urgentes" ante la prolongada caída en las ventas de vehículos eléctricos, lo que ha provocado una menor participación de mercado para estas unidades. Esta situación ha sido calificada como "extremadamente preocupante" por el sector.
El llamado de la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA) se produjo tras el anuncio de una significativa caída en las ventas de vehículos a batería en agosto, con una disminución de casi un tercio en la cuota de mercado, y un desplome del 18,3% en las matriculaciones de nuevos automóviles en la Unión Europea.
En un comunicado emitido hace unos días, los miembros de la ACEA solicitaron a las instituciones de la UE que implementen medidas de alivio antes de la entrada en vigor de los nuevos objetivos de reducción de CO2 para automóviles y furgonetas, previstos para 2025.
Además, instaron a la Comisión Europea a adelantar para 2025 las revisiones de la normativa de emisiones de CO2 para vehículos ligeros y pesados, actualmente programadas para 2026 y 2027, respectivamente.
La industria automovilística europea, recordaron, apoya el Acuerdo de París y los objetivos de descarbonización del transporte de la UE para 2050, habiendo invertido miles de millones de euros en electrificación. "La tecnología y la disponibilidad de vehículos de cero emisiones ya no son cuellos de botella. Estamos cumpliendo con nuestra parte en la transición, pero lamentablemente, otros elementos esenciales no están en su lugar" , subrayaron.
Un informe reciente del expresidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, destaca la rápida pérdida de competitividad de la UE, lo que agrava aún más la situación. Según los miembros de la ACEA, faltan condiciones clave como infraestructura de carga y recarga de hidrógeno, un entorno competitivo para la manufactura, energía verde asequible, incentivos fiscales y un suministro seguro de materias primas, hidrógeno y baterías.
Asimismo, lamentaron que "el crecimiento económico, la aceptación del consumidor y la confianza en la infraestructura no han avanzado lo suficiente".
Como consecuencia, alertaron que la transición a cero emisiones se vuelve cada vez más difícil, y existe preocupación sobre el cumplimiento de los objetivos de reducción de CO2 para 2025. Los fabricantes europeos señalaron que las regulaciones actuales no reflejan los profundos cambios en el panorama geopolítico y económico de los últimos años, lo que erosiona aún más la competitividad del sector.
Esto, advirtieron, plantea "la desalentadora perspectiva de multas multimillonarias, que podrían ser invertidas en la transición a cero emisiones, o bien recortes en la producción, pérdida de empleos y el debilitamiento de la cadena de suministro europea, en un contexto de feroz competencia global".
Finalmente, insistieron en que la industria "no puede esperar a las revisiones de las regulaciones de CO2 previstas para 2026 y 2027; necesitamos acciones urgentes y significativas ahora para revertir la tendencia, restaurar la competitividad de la industria europea y reducir sus vulnerabilidades estratégicas".