El presidente del fabricante automovilístico Opel, Florian Huettl, estimó que las automotrices de Alemania no están en condiciones de competir con los bajos precios de los vehículos eléctricos de China.
"En Alemania no podemos construir vehículos eléctricos que cuesten entre 25.000 y 30.000 euros. Con los costos salariales en Alemania y los precios de la energía eso no es posible", dijo Huettl en declaraciones al diario Augsburger Allgemeine.
De hecho, para mantener su competitividad Opel decidió producir sus modelos económicos, como el Corsa o el Frontier, en países dónde resulta menos costoso.
En esa línea, el ejecutivo pidió al gobierno alemán introducir nuevas ayudas estatales para la compra de vehículos eléctricos, así como robustecer la inversión en infraestructura de estaciones de carga, condiciones básicas para impulsar la transición hacia un transporte más amigable con el medio ambiente.
Opel pertenece actualmente al consorcio francés Stellantis pero su sede central sigue estando en Rüsselsheim, en el centro de Alemania.