Siete Estados miembros de la Unión Europea pidieron a Bruselas acciones contundentes para resguardar la competitividad de la industria automotriz del bloque, en momentos críticos para el sector dada la caída en la demanda y la fuerte competencia extranjera, especialmente de China.
El llamado se da a conocer a solo días de que entre en vigencia la normativa que regula las emisiones que generan los vehículos del bloque, denominada norma de Emisiones de Combustible Medias Corporativas, y que establece millonarias multas a las compañías que no respeten los límites dispuestos.
Italia, Polonia y Austria encabezan una delegación de gobiernos comunitarios que han instado en las últimas horas a la Comisión Europea, dirigida por Úrsula Von der Leyen, a encontrar una solución que evite estas sanciones a quienes excedan los objetivos de dióxido de carbono y que se deben aplicar desde el próximo 1 de enero de 2025.
La solicitud nace ante las graves repercusiones que podrían acarrear estas sanciones a la industria automotriz del bloque, que vive un delicado momento por una fuerte caída de las ventas y una lenta adopción del público de los autos eléctricos.
La alianza de países -que también incluye a Bulgaria, República Checa, Rumanía y Eslovaquia- planteó perfeccionar las políticas públicas para equilibrar los estímulos a la demanda de los vehículos a batería con el apoyo a las inversiones de las empresas.
"La industria se encuentra ahora en un momento crítico, enfrentando desafíos significativos relacionados con la producción, el empleo y la competencia global, que requieren una acción urgente y coordinada a nivel europeo", dijeron los gobiernos de los siete países mencionados en una misiva conjunta remitida a Bruselas.
Respecto de las sanciones, la coalición alega que estas "limitarán gravemente" la capacidad de la industria para invertir en innovación y desarrollo, lo que a mediano plazo "perjudicará la competitividad" de Europa a escala global, especialmente ante los fabricantes chinos, hoy líderes indiscutidos en el segmento de los vehículos eléctricos con vehículos a bajo precio y una alta calidad.
Desde 2019, el reglamento europeo prevé una trayectoria de reducción de las emisiones de dióxido de carbono de los vehículos vendidos en los diferentes mercados comunitarios y que debe allanar el camino a la prohibición de vender vehículos nuevos con motores de combustión en 2035.
En ese contexto, Bruselas ya ha anunciado que empezará a aplicar esta normativa en enero próximo, lo que en la práctica requerirá una reducción de las emisiones del 15% respecto a los niveles previos a 2020, lo que supone tener que vender en apenas ocho semanas más un auto eléctrico por cada cuatro térmicos, algo imposible hasta ahora dado la baja demanda que experimentan las unidades a batería.
Así las cosas, las proyecciones varían en cuanto al monto total de las sanciones que tendrían que terminar pagando los fabricantes que no cumplan con estas cuotas de ventas y que van entre los 10.000 y los 16.000 millones de euros en el peor de los casos, cifra que podría generar un duro impacto en los fabricantes del bloque.