El fabricante alemán de butacas para vehículos, Recaro, finalmente eludió la quiebra anunciada hace unas semanas, luego que el grupo italiano Proma -proveedor de automóviles y especialista en la producción de estructuras para asientos, carrocerías y suspensiones de chasis- anunció la adquisición de la compañía germana.
Si bien la noticia evitará la desaparición de la marca, dijeron sus sindicatos, la compra supone no pocos cambios en sus operaciones, partiendo por la eliminación de hasta 170 puestos de trabajo en la mayoría de los departamentos de la empresa. Sólo las áreas de ventas e ingeniería no se verían afectadas por el plan de ajuste que aplicará el nuevo dueño de la empresa, añadieron.
No obstante, el cambio más profundo en Recaro será el cierre definitivo de su centro de producción ubicado en Stuttgart, al sur de Alemania, para su traslado hasta la ciudad italiana de Turín, donde debería retomar operaciones en enero de 2025.
El grupo Proma tiene una facturación de más de 1.100 millones de euros anuales y emplea a unas 5.000 personas en 25 plantas repartidas por tres continentes. El director general de la compañía, Luca Pino, aseguró que la compra de Recaro reforzará la posición de la empresa como proveedor de asientos de "primera calidad".
A finales del mes de julio, la filial automovilística de Recaro, que también fabrica asientos para aviones, se declaró en quiebra tras la venta a Johnson Controls en 2011.
Posteriormente, Johnson Controls cambió su nombre y operaciones comerciales, rebautizándose como Adient, que terminó por vender los derechos de Recaro Automotive a Raven Acquisitions, una firma de capital privado estadounidense, hace cuatro años.
En la última presentación de resultados, Recaro admitió que durante años sus empleados habían renunciado a parte de sus salarios para favorecer la "estabilización económica" de la compañía.