Stellantis pasa por un período complejo que lo ha obligado a tomar decisiones difíciles como el detener la producción de vehículos por baja demanda y, en ese contexto, la automotriz dio un espaldarazo a dos de sus marcas, dando cierta tranquilidad a sus trabajadores.
El presidente del conglomerado automotriz, John Elkann, reafirmó esta jornada su compromiso con Opel Automobile y con su planta de Rüsselsheim en Alemania, tras una visita a las instalaciones donde se producen modelos de la marca de origen germano.
En un comunicado, el grupo automovilístico -dueño de marcas como Opel, Citroën, Fiat, Maserati o Peugeot, entre otras 14- explica que tanto Elkann, como otros altos ejecutivos, visitaron las instalaciones de Rüsselsheim y reafirmaron su apoyo y compromiso para el futuro a largo plazo del sitio.
Igual posición se tiene con la marca de vehículos de lujo Maserati, una de las más complicadas del grupo, la que será sometida a una profunda reestructuración.
"Se necesita un plan propio" para esta compañía, dijo Jean-Philippe Imparato, el nuevo director de Operaciones para Europa de Stellantis, tras reunirse con autoridades del gobierno italiano.
En esa línea, aseguró que Maserati no será abandonada, aunque eso implique mucho trabajo. El directivo francés Santo Ficili, el número uno de la marca, aseguró al respecto que "estamos centrados en un plan de relanzamiento".
Este plan, indica una nota motor1.com, tendrá que partir con los números negativos de 2024, con Maserati por debajo de las 10.000 unidades vendidas, con modelos eléctricos incapaces de despegar o rezagados. Como el nuevo Maserati Quattroporte, previsto para 2025 y aplazado a 2028.