Tras una batalla legal que se prolongó por casi una década, Ferrari logró finalmente recuperar los derechos sobre el icónico nombre "Testarossa", en una victoria que va más allá del mundo automotor y que podría beneficiar a otras marcas con legado histórico.
El Tribunal General de la Unión Europea dictaminó que no es necesario que una marca esté en producción activa para conservar su propiedad intelectual, siempre que se demuestre un uso genuino del nombre.
El conflicto comenzó en 2017, cuando una empresa alemana de juguetes argumentó que Ferrari no había utilizado comercialmente el nombre "Testarossa" durante al menos cinco años, lo que llevó a la pérdida temporal de los derechos. Sin embargo, la reciente sentencia anuló esa decisión, reconociendo que Ferrari ha seguido explotando el nombre a través de certificados de autenticidad, venta de repuestos, artículos promocionales y la reventa del modelo en sus concesionarios.
La resolución no solo devuelve el nombre a Maranello, sino que también establece una base legal importante para otras marcas patrimoniales.
El fallo reconoce que el valor de una marca no depende únicamente de la fabricación en curso, sino también de su explotación en mercados secundarios y licencias.
Expertos del sector, publica una nota de Carscoops.com, consideran que este precedente fortalece la posición de marcas de lujo e históricas que buscan capitalizar su legado. Así lo destacó Philip Carter, de AInvest, quien dijo que la decisión judicial confirma que "el valor de una marca se extiende más allá de su producción, abarcando todo su ecosistema de productos, servicios y memorabilia".
