El grupo Volkswagen confirmó el cierre de la histórica "Fábrica de Cristal" de Dresde, una de sus plantas más emblemáticas y la primera en suelo alemán que deja de producir vehículos en 88 años, poniendo fin a un capítulo clave de su historia industrial para abrir paso a una nueva etapa enfocada en la tecnología y la digitalización.
Inaugurada en 2001, la Gläserne Manufaktur fue concebida como una vitrina de la ingeniería alemana. Su arquitectura transparente permitía a los visitantes observar el proceso de ensamblaje de vehículos de alta gama en un entorno limpio y minimalista, convirtiéndose en un ícono tanto industrial como turístico.
La planta nació bajo la visión de Ferdinand Piëch para producir el lujoso Volkswagen Phaeton. Más adelante, tras el fin de ese modelo, se adaptó para fabricar el e-Golf, uno de los primeros eléctricos de la marca. Sin embargo, la llegada de la plataforma MEB y de modelos como el ID.3 e ID.4 fue restando protagonismo a la fábrica frente a instalaciones más modernas y de mayor capacidad.
El cierre no responde únicamente a una baja en la producción, sino a un cambio estructural en la estrategia del grupo. Los altos costos operativos y la limitada escala de la planta de Dresde la hicieron inviable como centro de ensamblaje en la actual era de la electromovilidad, explicaron.
Centro de innovación
Lejos de quedar en desuso, recoge Motor1.com, el edificio será reconvertido en un centro universitario y de investigación avanzada, enfocado en inteligencia artificial, robótica y desarrollo de chips. El proyecto se perfila como una iniciativa conjunta con instituciones académicas, entre ellas la Universidad Técnica de Dresde.
El énfasis en semiconductores y software responde a una necesidad estratégica para la industria automotriz, especialmente tras la escasez global de chips que afectó a los fabricantes en los últimos años y con esta decisión Volkswagen busca así fortalecer su independencia tecnológica y sentar las bases del automóvil del futuro.
Con esta transformación, la Fábrica de Cristal deja de ser un símbolo de la ingeniería mecánica tradicional para convertirse en un polo de innovación digital.