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Furia, sangre y pasión: Slipknot convoca a toda su fanaticada en una presentación llena de energía

Cerca de 15 mil personas acudieron al llamado del grupo metalero, que dejó literalmente todo arriba del escenario de Movistar Arena, con un show en el que el componente visual, asociado a elementos del cine de terror extremo, fue el complemento perfecto.

01 de Octubre de 2015 | 00:30 | Por Felipe Kraljevich M., Emol
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Slipknot se lució ante 15 mil personas.

Cristián Soto, El Mercurio
SANTIAGO.- El Movistar Arena ha sido la sede para algunas de las mejores presentaciones inscritas en el Metal. Bandas como Exodus, Anthrax, Judas Priest y Motörhead han ofrecido sendos conciertos, que siguen dando que hablar entre los fanáticos del estilo.

Lo que hicieron los nueve integrantes de Slipknot esta noche de miércoles sin duda entra en ese selecto grupo. Los de Des Moines repletaron el céntrico recinto, y en poco más de una hora y media de show, provocaron la euforia de una fanaticada que ha crecido con la banda, desde que ésta irrumpiera en escena por allá por 1999.

La velada fue correctamente amenizada por los brasileños Sepultura. En este punto, se podría decir que la versión actual de la banda es una suerte de tributo a si misma, liderada por el empuje de un Andreas Kisser que se niega a culminar al grupo, ya sin los hermanos Cavalera en él.

No obstante, esto es menospreciar el gran directo que el grupo posee. Con una discografía extensa, el armar un set acorde a la ocasión parecía una tarea algo compleja, que en un conjunto sin la experiencia de los brasileños podría haber culminado en un desastre. No por nada Sepultura se encuentra actualmente celebrando sus treinta años de trayectoria, y acorde con esto, la presentación podía ser una suerte de grandes éxitos.

Decir que el público no vibró con los 40 minutos que Kisser, Derrick Green, Eloy Cassangrande y Paulo Jr. dispusieron sobre el escenario, es cegarse a la evidencia de que, pese a todas las turbulencias, Sepultura sigue siendo un tremendo show en vivo. Aun cuando el grueso del set lo conforman temas clásicos como "Arise", "Troops of doom" o el cierre con "Roots bloody roots", canciones más recientes como "Kairos" (del álbum del mismo nombre editado en 2011) o "The Vatican", de su trabajo The mediator between head and hands must be the heart (2013), parecen convivir en perfecta armonía, enfatizando el lado más thrasher de la vieja escuela que el grupo supo explotar en sus inicios.

Un show redondo que dio un buen pase a lo que vendría después. Las cerca de 15 mil personas que repletaron el Movistar Arena se hicieron sentir para ver de cerca a los de Iowa, e incluso más de alguna desmayada quedó en el camino mientras se afinaban los últimos detalles de un show que exudaría energía y potencia de principio a fin.

Con esto de Internet, ahora es relativamente fácil saber cuál tema será parte de la presentación de un grupo. En este aspecto, lo que mostró Slipknot en su segunda visita a nuestro país (la primera fue en 2005) se asemejó mucho a lo que la banda exhibió en el festival Rock in Rio, en Brasil. Sin embargo, la energía era tanta que, a pesar del conocimiento, el grupo parecía entregarse como por vez primera, en un show de pulsaciones aceleradas y ritmos frenéticos, con canciones que se sucedían sin dar descanso.

Así, la banda liderada por un siempre agradecido Corey Taylor (el número 8 del grupo, puesto que se identifican por los números de sus uniformes) salió a escena luego de que sonara a modo de introducción "Runnin' with the Devil", de Van Halen, para después iniciar con una seguidilla de alto octanaje: "XIX" y "Sarcastrophe" (de su disco más reciente 5: The Grey Chapter), junto con ya clásicos como "The herethic anthem" y "Psychosocial".

Estos cuatro primeros temas marcarían la pauta de lo que vendría después, además de ver el tremendo despliegue físico y visual que Slipknot tendría para ofrecer en esta, su segunda visita a Chile. De la potencia de "Devil in I", también de su disco .5: The Grey Chapter, al clásico "mosh" que arma el público para estas ocasiones, en temas como "Before I Forget" o en "Spit It Out", canciones que ya son parte de los éxitos probados de Slipknot.

Pero quizás el momento cúlmine fue cuando una bengala apareció en medio del pandemonium de "Wait and bleed", tema con el que la banda se hizo un nombre. Eso fue el fiel reflejo de lo que significó esta jornada, una que desató todas las pasiones de los cerca de quince mil fanáticos que repletaron el céntrico recinto, y que en ningún momento dejaron de saltar o corear las canciones, incluyendo las que forman parte del trabajo más reciente del conjunto. Sin dudas, lo de Slipknot entra de lleno a los grandes shows de metal que se han visto en los últimos años en Santiago.
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