Escena de "Los 9 más odiados".
Diamond Films.
LOS ANGELES.- Las nominaciones de la película de Quentin Tarantino "Los ocho más odiados" a tres premios Oscar han devuelto el brillo al género del western, que cada vez va teniendo menos adeptos.
La producción de westerns ha caído en picado durante los últimos años. Entre 1940 y 1960 se hacía una media de 140 películas anuales, mientras que ahora se necesita una década para alcanzar esa cifra.
A pesar de ello, cintas como "Temple de acero" (2010) de los hermanos Coen, "Petroleo Sangriento" (2007) de Paul Thomas Anderson y "Secreto en la montaña" (2005) de Ang Lee han logrado copar las salas de cine.
El mismo Tarantino arrasó en 2012 con "Django sin cadenas". Su historia sobre un esclavo negro que recupera la libertad y lanza una cruzada contra el propietario de una plantación de algodón para salvar a su mujer ganó dos Oscar y optó a otros tres.
"Sin duda hay una tendencia y directores muy prestigiosos están usando este género para explorar cuestiones sobre la masculinidad, quién es el bueno, quién es el malo y cómo es Estados Unidos", señala Dana Polan, profesora del departamento de estudios cinematográficos de la Universidad de Nueva York.
El western se divide en decenas de subcategorías que permiten a los cineastas reinterpretar esta época, poniendo énfasis en la fiebre del oro, la conquista del oeste, las peleas entre indios y cowboys o la ley del más fuerte.
"Revenant: El renacido" también cae dentro de la categoría, y al igual que "Los ocho más odiados" "trata de individuos solitarios que quieren vengarse o aprovecharse de una civilización que se desmorona, pero los clásicos hablaban de construir una comunidad", recuerda Polan.
Mientras que John Wayne, Clint Eastwood y Charles Bronson interpretaban a hombres invencibles, los films de hoy en día están plagados de antihéroes.
