SANTIAGO.- Es poco probable que un artista de la trayectoria de John Cale sea tan fiel a sí mismo, al punto de sostener durante una hora y cuarenta y cinco minutos una presentación que se basó casi exclusivamente en su propio material y, lo que es más encomiable aún, en los que no mostró ningún beneplácito con la audiencia en lo que respecta a su propio sonido.
Cale realizó, sin dudas, un recital para quienes están familiarizados con su obra más allá de su participación en los fundacionales The Velvet Underground, la mítica banda que fundó junto a Lou Reed y cuya influencia resuena hasta nuestros días. El galés, que en su discografía deambula entre sus ambiciones experimentales y el formato canción propiamente tal, mostró esa dualidad ante un Teatro Nescafé de las Artes a toda capacidad.
Entre lo más experimental de su repertorio, Cale realizó tremendas versiones de "Time stands still" y "If you were still around", canciones con las que dio inicio a la velada y en las utilizó toda clase de elementos electrónicos (samples, loops y percusiones varias) para ir construyendo estas piezas.
Asimismo, su veta más experimental también asomó con "Ship of fools" y el medley de "Gun/Pablo Picasso", aunque en esta ocasión Cale y su banda, compuesta sólo por un guitarrista que manejaba efectos, y un baterista que además se encargó de las secuencias de bajo, derivaron en un lenguaje rockero y bullicioso, mucho más llamativo para el público.
Y aunque es innegable que el material de Cale es de alto vuelo, lo cierto es que la premisa de escuchar algo de The Velvet Underground era un motivo más que suficiente para asistir a esta velada. Esto se cumplió con la presentación de "I'm waiting for the man", clásico que escribiera el fallecido Lou Reed y que con Cale, adquirió una renovada forma, mucho más oscura y dramática que la original, como dejando en claro que este era su show y no un espectáculo del recuerdo.
