NUEVA YORK.- El director artístico de la Ópera Metropolitana (Met) de Nueva York, James Levine, dejará su puesto por razones de salud tras trabajar 40 años en la institución para cuya reputación mundial contribuyó ampliamente.
La Met indicó en un comunicado publicado el jueves que se encuentra actualmente en búsqueda de un sucesor de Levine, que se convertirá en el primer director artístico emérito de la historia de la institución.
El alejamiento de Levine era un tema recurrente desde hacía varios meses. De 72 años, sufre de mal de Parkinson y había presentado problemas de salud desde una caída en el escenario en 2006, que le había costado una primera operación de hombro. Luego fue intervenido quirúrgicamente de la espalda y los riñones, lo que lo forzó a perderse numerosas funciones.
Víctima de una caída durante sus vacaciones y lesiones en las vértebras, se había ausentado dos temporadas consecutivas de la Met, en 2011-12 y 2012-13.
Según el diario New York Times, Levine se puso de acuerdo con el gerente general de la Ópera, Peter Gelb, para anunciar su retiro en enero pasado, aunque luego cambió de parecer. Su partida marca el fin de una época en Met, ya que ha sido su director artístico desde 1976.
Levine asumió el puesto a los 32 años, en momentos en que la ópera neoyorquina atravesaba dificultades financieras y no tenía una buena reputación musical.
Obsesionado del trabajo, la convirtió en una de las óperas mas reconocidas del mundo, introduciendo por ejemplo en el repertorio un gran número de obras del siglo XX que hasta ese momento no tenían cabida.
"Promotor incansable de obras nuevas y obras maestras olvidadas", según la Met, también ofreció un lugar de privilegio a Mozart y Wagner, que hasta su llegada no eran muy representados en Nueva York.
Más de 2500 presentaciones
James Levine se impuso como una de las figuras más conocidas del mundo de la música clásica. Pianista, hijo de un violinista, dirigió la Met en 2.551 representaciones y trabajó en obras de 33 compositores diferentes.
Actualmente, la Met es una referencia musical que brilla también por la audacia de sus puestas en escena. Sin embargo, la institución sufre una erosión de su audiencia y su sala, ubicada en el Lincoln Center en el barrio del Upper West Side, se completaba en un 73% en 2014, contra un 88% en 2009.
Una parte del problema está vinculado con el tamaño de la sala, gigantesca con sus 3.800 butacas, cuando otros escenarios de construcción más recientes como los de París, Dublín o Dallas son mucho más pequeños.
Las ganancias de la venta de entrada retrocedieron levemente en 2015 (-0,4%), con respecto al año anterior, y son bastante inferiores a su techo de 2011 (-3,9%).
Esta situación se ve compensada parcialmente por el éxito de "Live in HD", una idea que permite a espectadores del mundo entero seguir las representaciones en directo desde salas de cine en distintas ciudades.
