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Clara Lago, la nueva musa del cine español, adelanta la atractiva película de suspenso "Al final del túnel"

La actriz se hizo conocida en Chile por la película juvenil "Tengo ganas de ti", pero en su país es una figura extremadamente popular desde hace años. En 2015 su notoriedad internacional aumentó con la taquillera "8 apellidos vascos", y este jueves volverá a las salas nacionales con una cinta argentina de misterio.

04 de Mayo de 2016 | 11:13 | Por Francisca Gonzalez C., Emol
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La española de 26 años interpreta a una enigmática mujer en este filme, que rinde tributo al cine de suspenso más clásico.

Haddock Films.
SANTIAGO.- Los directores que se atreven a rendir tributo a clásicos del cine de género no son muchos. El más popular es Quentin Tarantino, quien en enero pasado, por ejemplo, apeló a los westerns de antaño con "Los 8 más odiados". Otro caso es el realizador argentino Rodrigo Grande con la cinta que estrenará en Chile el próximo jueves, "Al final del túnel".

La película es un homenaje al cine de suspenso más tradicional, y cuenta lo que ocurre en la vida de un hombre en silla de ruedas, Joaquín (Leonardo Sbaraglia), cuando una atractiva mujer, Berta (Clara Lago), le arrienda una pieza de su casa para instalarse con su hija de seis años. Desde un principio se percibe que él es un tipo solitario y que pasó por algún tipo de hecho traumático. Por otra parte su nueva compañera es muy sensual y extrovertida —trabaja como bailarina de striptease—, pero algo parece ir mal con la niña, pues tiepo atrás dejó de hablar.

El conflicto del relato escrito por Grande surge cuando Joaquín se da cuenta que en la propiedad de al lado hay un grupo de delincuentes (liderado por Pablo Echarri) cavando un túnel para robar un banco, y comienza a sospechar que Berta está involucrada en ese plan. El filme juega con lo que cada personaje oculta entre sí y al espectador.

"A veces el misterio puede ser muy seductor", dice Clara Lago a Emol, al teléfono desde Buenos Aires. La actriz española se está convirtiendo en una de las nuevas musas del cine de su país, con títulos como "Tengo ganas de ti", "Quién mató a Bambi?" y "Ocho apellidos vascos". Su rol en "Al final del tunel" es el de una mujer impredecible, de la que no se sabe si es héroe o villana.

La actriz se sumó al proyecto teniendo claro que se trataba de una película tributo al antiguo cine de misterio hollywoodense. "Desde un inicio Rodrigo nos dijo que su planteamiento era muy clásico, del cine de género. Pero creo que tiene una visión bastante propia. Se ha basado en algunas películas que lo inspiraron, pero creo que él es un director que tiene una visión muy propia y genuina".

Aunque Lago es española, en esta producción interpreta a una argentina. Para adquirir el acento porteño tomó clases con una fonoaudióloga en Madrid. A Buenos Aires llegó dos semanas antes del rodaje, y en ese periodo se esforzó para sonar como trasandina. "Empecé a hablarlo desde que llegué, con todo el mundo. Lo hacía si iba a un restaurante, o si me reunía con el equipo de producción. Lo hice para perder la vergüenza, porque estás en un punto de juicio propio, de que uno se autocritica mucho, por miedo a hacerlo mal. Me lancé a la piscina desde un inicio para quitarme el pudor".

La artista de 26 años ya había filmado otras dos películas en Latinoamérica. En Colombia rodó "La cara oculta" en 2010, y a comienzos de este año grabó "Órbita 9" en ese mismo país. "A mi me encanta trabajar en latinoamérica", cuenta. "Considerando que hablamos el mismo idioma, me gustaría que hubiera más coproducciones (entre España y America Latina) y más exhibición mutua. No nos apoyamos demasiado entre España y Latinoamérica. Solamente si un estreno triunfa se estrena en el otro lado del charco".

Actualmente Lago está en lo alto de la industria televisiva y cinematográfica de su país, por lo que no siente la necesidad de apostar por Hollywood, pese a que habla un perfecto inglés y a que tiene una carrera en ascenso. "No sé si diría "Lo voy a dejar todo para irme a Estados Unidos", porque de momento, y por suerte, me va muy bien en mi país. No me puedo quejar, no me falta trabajo, entonces no creo que fuese inteligente cortar con todo para probar suerte en Estados Unidos. Pero lo voy intentando de alguna manera, porque no dejo de estar en contacto con mis agentes de allí, pero sin presión, sin un agobio, para nada. Si tiene que pasar, pasará", concluye.
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