La cantante Marie Fredriksson junto al guitarrista Per Gessle.
EFE
SANTIAGO.- La mañana del 11 de septiembre de 2002 marcó un antes y después en la vida de Marie Fredriksson, vocalista de la popular banda sueca Roxette. Ese día la cantante se desmayó en el baño de su casa, y tras ser enviada a un hospital de Estocolmo, sus médicos le informaron que había perdido el conocimiento debido a que un tumor cancerígeno estaba alojado en su cerebro. No pasaron muchos días hasta que se le practicó una operación que permitió extraer con éxito el cáncer. No obstante, el procedimiento dejó secuelas: Marie despertó sin recordar los nombres de sus seres queridos, sin reconocer el abecedario ni los números. Y fue entonces cuando inició su verdadera batalla.
Tras años de rehabilitación psicomotora, poco a poco la cantante volvió a aprender a caminar, a hablar y a escribir. Y con los años volvió a cantar. En 2009 oficializó su regreso a Roxette, y con su compañero Per Gessle iniciaron una gira que los trajo a Chile.
En el año 2011 tocaron en el Movistar Arena y pocos meses después volvieron para repletar el Teatro Caupolicán. Y aunque la cantante ya no lucía la agilidad ni fuerza de antaño (sus movimientos eran lentos y requería de ayuda para entrar y salir del escenario), Gessle recuerda que en ambas oportunidades contaron con el apoyo de unos fanáticos leales y "bulliciosos".
En una conversación a través de correo electrónico, Gessle contó a Emol que guarda muy buenos recuerdos del apoyo que ambos sintieron en Chile en aquel entonces. "Siempre hemos recibido el apoyo de nuestros (bulliciosos) fans allá. Y eso significó mucho para nosotros, especialmente estos últimos siete años, en que Marie ha estado muy enferma ”, escribe el guitarrista.
El músico habló con Emol para referirse al debut de su último disco, Good Karma, el cual lanzaron después de dos años de trabajo intenso. La demora obedeció a la frágil salud de Marie, pero ello no impidió que se fijaran una meta ambiciosa, según cuenta Gessle. "Desde un inicio decidimos hacer un disco muy ‘producido’, algo que no necesariamente tenga que ser interpretado en vivo, y que nos permita tener posibilidades infinitas", cuenta.
Good Karma ha tenido una muy buena acogida de parte de sus fans, hecho que "de verdad nos sorprendió mucho, honestamente”, dice el cantante, debido a que con éste álbum “Salimos un poco del sonido clásico de Roxette, pero a muchos fans pareció gustarles eso. Y nos sentimos muy contentos con eso. La idea era mezclar nuevas influencias y eso juntarlo con el ADN vintage de Roxette. Es un material muy interesante".
El guitarrista explica que aunque su compañera no volverá a subirse a un escenario (por recomendación médica), sí "grabaremos algunos videos más juntos para los próximos sencillos".
