SANTIAGO.- Cada cierto tiempo, Pedro Lemebel llamaba a los actores Rodrigo Muñoz y Claudia Pérez por razones distintas a la amistad que los unía o un nuevo proyecto teatral conjunto. Había veces en que el fallecido escritor y dramaturgo les quería comentar que algo de lo que había escrito años, o décadas antes, se había convertido en una realidad que incluso se veía en los medios de comunicación masivos.
"Tenía la particularidad de anticiparse a los temas. Nos pasó en varias oportunidades en que el proponía algo que parecía una idea artística, una metáfora y que después se convertía en realidad. Como cuando en una de las crónicas habla de la hija de una detenida desaparecida a quien la encontraba la abuela y a los meses ocurrió eso en Argentina, o cuando habla de los indignados y cómo la gente está aburrida de que la engañen en este país", dice Muñoz, y agrega: "Ahora, en el 2016 todo el mundo está indignado, pero él lo decía a fines de los años noventa y principios de los 2000. En ese sentido, se adelantaba a muchísimos temas", recuerda.
"También está eso de que la gente va a castigar públicamente a los culpables diciendo las cosas en los medios. Ya después de 2007, diría yo, empezó la gente a alegar. Pero eso lo había dicho él antes", dice el actor que junto a Claudia Pérez dirige y protagoniza "La ciudad sin ti", obra basada en los escritos del fallecido autor de "Tengo miedo torero" y "Adiós mariquita linda" que mostrará la compañía Chilean Business —que completan Claudia Vergara y José Luis Aguilera— el viernes 26 y sábado 27 en el Teatro Nescafé de las Artes.
Pérez, por su parte, comenta que además de que "La ciudad sin ti" es la cuarta obra que hicieron con Lemebel, llevarla a este escenario es importante por el contexto: "El cáncer, como es de traicionero, nos llevó al amigo y al maestro. Tiene un valor especial poder estar con esta obra en todos los lugares que podamos. Para nosotros es una misión el prolongar sus letras, sus temas, su poesía".
Si bien se trata de un remontaje, ambos directores consideran que las obras van evolucionando desde su debut. "Se van en encontrando nuevos momentos, emociones y matices. La obra está más grande, está más madura. El público guía el espectáculo y te da muchos mensajes que tú tienes que saber tomarlos", comenta Pérez.
"Pedro hablaba de temas muy contingentes y la gente se siente muy identificada, sobre todo en estos tiempos de los indignados en que uno siente que te traicionaron, que es la clase política la que te traicionó, que hay deudas con la gente que no se cumplieron nunca, deudas históricas", agrega Pérez, y continúa: "Como Pedro hablaba siempre de estos dolores de una forma tan poética, pasa una cosa medio catártica con el público. Cuando termina, se paran automáticamente y se quedan aplaudiendo. La gente agradece que se digan las cosas. Yo no digo que nosotros somos los que estamos levantando la bandera: son las palabras de Pedro que nosotros las interpretamos, él tenía esa valentía".
Público sin miedo
Muñoz rescata el hecho de que también ha cambiado el modo en que el público se enfrenta a la obra de Lemebel hoy. "A nosotros nos ha impresionado muchísimo cómo la gente se comporta ahora con las obras de él. Al principio la gente se asustaba, como 'Chuta lo que está diciendo', pero el público ya no se asusta con sus obras, al contrario, se identifica. Nos dimos cuenta de ese cambio porque hacemos hace mucho tiempo las obras de él".
Para Pérez, una característica esencial de Lemebel era su modo de enfrentar el arte: "No hay una sola cosa importante, hay un autor súper completo, era inagotable en su creatividad. Tenía muchas dimensiones, no sólo la literatura, sino que la música, le gustaba la performance, él era súper teatral en su hablar, en sí mismo era un performer. Además, era un artista visual, era profesor de arte, esa fue su profesión, era multifacético". Sobre sus temas, explica, que toca materias que "son súper necesarias de hablar", como la movilidad social, las minorías, la discriminación o la idiosincrasia local, todo esto desde una dimensión artística.
Para Muñoz, en tanto, era un plus la marginalidad en que por mucho tiempo se movió Lemebel. "Yo creo que tiene que ver con la honestidad con que él escribe. Como no le debe nada a nadie, tenía la libertad de hablar de lo que él quisiera". Pero ya hacia el final de su vida —falleció el 23 de enero de 2015—, Lemebel ya no era parte de este mundo, sino que ya era reconocido abiertamente en el mundo de las artes. Incluso se le nominó al Premio nacional de literatura. "Aunque decía 'Esos premios están más arreglados que cara de travesti' y cosas irreverentes y muy graciosas —porque le quitaba la importancia— creo que sintió que la gente lo reconocía", dice el actor.
