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Wilco revisa su propia historia para conseguir un debut soñado en Chile

En poco más de dos horas, la agrupación liderada por Jeff Tweedy conquistó a las cerca de dos mil personas que llegaron al Teatro Caupolicán sólo con buenas canciones, dejando en claro que lo suyo va más allá de cualquier moda o gusto del momento.

13 de Octubre de 2016 | 01:19 | Por Felipe Kraljevich M., Emol
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Wilco (archivo)
SANTIAGO.- Considerada como una de las bandas definitorias del sonido alternativo del nuevo milenio, incluso cuando sus orígenes se remonten a mediados de los noventas, los estadounidenses Wilco demostraron en su primera visita a Chile que más allá de las etiquetas, lo que mueve al conjunto liderado por Jeff Tweedy es una pasión infinita por las buenas canciones y su legado, ese que se construye independiente de la rotación radial que se tenga.

Este punto, claro está, se puede refutar considerando que ahora existe Internet y que esto puede explicar cómo es que llegaron poco más de dos mil personas al Teatro Caupolicán para disfrutar de un recital que fue construido por una banda que se notó, desde que pisó el escenario del céntrico salón, que era la primera vez que llegaba a estos lugares.

Es probable que eso confabulara para que Wilco, excusándose en su más reciente trabajo, Schmilco, armase un listado de temas mucho más cercano a un “grandes éxitos” que al clásico tour que se concentra en el nuevo material.

El inicio fue inmediato. Jeff Tweedy y los suyos de inmediato abrieron con "Random name generator", de su disco Star Wars, editado el año pasado. Con un sonido impecable –que se mantuvo en las más de dos horas que duró el show– la banda de Chicago decía "hola" al público chileno sólo con sus canciones. Nada de palabras, las que recién llegaron cuando Tweedy recordó que era la primera vez del grupo en el país, antes de presentar "Miseunderstood", del disco de 1996 Being There.

A esa altura, el grupo ya había mostrado sus armas: desde el centro, con un Tweedy al centro dictando las pausas, el guitarrista Nels Cline a su izquierda transformando su instrumento en un huracán y, atrás, el baterista Glenn Klotche empujando todo.

Esto fue latente en los temas en que Wilco, además de enseñar su gusto por las buenas canciones, también mostró por qué se le considera una banda al borde de lo experimental: "Art of almost" (del álbum The whole story, de 2014) y "Via Chicago" (Summerteeth, 1999), son sólo ejemplos de hasta dónde Tweedy y compañía son capaces de estirar la estructura de la canción formal.

Es interesante constatar que estos cortes, en los que ciertamente se pone a prueba la paciencia del público, fueron aplaudidos con ganas, en especial las secciones en las que se "rompe" el tema para dar paso a una furiosa improvisación en clave noise.

Eso también explica que Wilco, con los años, ha sabido conjugar ambos elementos y que sus seguidores aprecian de igual forma las canciones más "medidas" que aquellas en las que denotan una búsqueda más allá de su propio sonido.

Hubo momentos para el rock, y fueron varios. El clásico del grupo "Heavy metal drummer", del disco Yankee Hotel Foxtrot (2000), fue uno de esos ejemplos en los que la banda mostró su cariño por el rock más clásico. De la misma forma, su revisión a canciones de su primer trabajo, A.M.(1995), como "Box full of letters" o ya al final del concierto, con la banda a sus anchas interpretando "Red-eyed and blue"(Being There, 1996), demuestran cómo el grupo fue soltándose y dejándose querer por el público del Caupolicán. Tweedy incluso bromeó con su español y con un par de pancartas que algunos fanáticos llevaron especialmente para dar la bienvenida a la banda.

El cierre de estas dos horas de música llegó con una soberbia interpretación de "Spiders (kidsmoke)", del álbum A ghost Is Born (2004). Tweedy y la banda, compuesta además de Cline y Kotche por John Stirratt, Mikael Jorgensen y Patrick Sansone, cerraron con una canción de diez minutos su primera visita a Chile y lo hicieron de una forma magnífica, conjugando todos los elementos que han hecho de Wilco una de las agrupaciones más originales de los últimos años. El mismo Tweedy, un poco antes, aseguró que el grupo volvería a Chile luego de sentir el cariño de la fanaticada local.

El inicio de esta gran velada estuvo a cargo de los nacionales Matorral, que siguen presentando su más reciente trabajo Gabriel, editado en 2015. Luego, fue el turno del argentino Coiffeur, que mostró temas de trabajos como Conquista de lo inútil (2013), entre otros de su repertorio.
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