Gore Verbinski junto a Dane DeHaan, protagonista de su nuevo filme.
EFE.
LOS ANGELES.- El director Gore Verbinski volvió este jueves a las salas de cine nacionales con su primera película de terror desde "El aro", el thriller "La cura siniestra".
En su nueva propuesta, Verbinski envía a un joven y ambicioso ejecutivo a una especie de resort de los Alpes suizos para traer de vuelta al presidente de su empresa, aunque pronto descubrirá que los tratamientos milagrosos que ofrece el lugar no son lo que parecen.
Esa premisa permite al cineasta ofrecer algunas secuencias de auténtico terror que recuerdan a grandes clásicos del género del terror, el suspense y el thriller psicológico.
"Estamos interconectados. Hay ciertas imágenes que siempre nos van a perseguir", afirmó el cineasta estadounidense al responder por los referentes visuales de una de las imágenes más potentes de su nueva obra, en la que Dane DeHaan, el protagonista, recibe el tratamiento de un tenebroso dentista.
La escena trae a la memoria inmediatamente "La naranja mecánica" (1971), de Stanley Kubrick; "Marathon Man" (1976), de John Schlesinger, y "Un perro andaluz", de Luis Buñuel, aunque Verbinski pensaba más en "The Tenant" (1976), de Roman Polanski.
"Los dientes son particularmente perturbadores. Esa cinta de Polanski siempre me ponía los pelos de punta. Todos reconocemos el sonido y la sensación que nos recorre el cuerpo cada vez que vamos al dentista. Así que sabemos por lo que está pasando el personaje", explicó el cineasta.
El director, un ávido surfista en su juventud, asegura que también se vio afectado por Steven Spielberg tras ver en el cine "Tiburón".
"Crecí en San Diego y no paraba de surfear y de hacer 'paddleboard', pero Spielberg arruinó algo idílico para mí. La playa era un lugar bonito y apacible, y él lo destruyó totalmente. Ojalá yo haya conseguido destrozar la experiencia del spa para la gente", manifestó.
Cuando el personaje de DeHaan comienza a desentrañar los secretos que esconde el balneario de la cinta, se pone a prueba su cordura mientras el médico encargado de la institución le diagnostica con la misma enfermedad que mantiene a todos los huéspedes del centro anhelando dar con la cura.
La historia, toda una crítica a la sociedad actual, más pendiente de los logros materiales que de la felicidad personal, deja traslucir que los más jóvenes quieren romper con "el algoritmo tradicional" impuesto en nuestro día a día.
"La juventud está despertando. Nos estamos ahogando en ese ciclo vital de buscar trabajo, volcarse en él a toda costa para ganarse la vida, crecer, progresar y morir. ¿Por qué tiene que ser así? Hay que evaluar la importancia de las cosas y el primer paso consiste en parar y reflexionar", sostuvo el autor, muy orgulloso del polémico final que ideó para su obra. "Espero que la gente se quede petrificada. Es de lo que es capaz este género", finalizó.