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Nace una musa: La actriz Daniela Vega repasa su rol en la premiada "Una mujer fantástica"

La artista transexual revelación de la nueva cinta de Sebastián Lelio se refirió a su experiencia en la producción que se estrenará en Chile el próximo 6 de abril. Tras ese lanzamiento, dará vida a su primer personaje no trans en el cine.

24 de Marzo de 2017 | 12:06 | Por Francisca González C., Emol.
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"Mi trabajo es actuar. Y si la gente considera que está bien hecho, entonces mi trabajo vale la pena", dice Vega al referirse a los elogios que recibió en la Berlinale.

Reuters.
SANTIAGO.- Con 27 años y sólo dos películas en el cuerpo, Daniela Vega ya tiene la estampa de una actriz experimentada. La protagonista de "Una mujer fantástica" se proyecta como una figura destacada dentro de la industria cinematográfica latinoamericana, luego de haber conquistado a la crítica internacional en la reciente edición del Festival de Cine de Berlín.

El filme de Sebastián Lelio fue alabado en el prestigioso encuentro gracias a la historia de Marina Vidal (Vega), una mujer transexual que sufre maltratos y discriminación cuando su pareja, Orlando (Francisco Reyes), muere luego de pasar la noche juntos. El deceso da pie a una serie de conflictos con la familia del empresario, quienes no están dispuestos a aceptar que Marina se despida de quien fue su compañero, y menos que tenga acceso a sus bienes. Una ex esposa tenaz y dura (Aline Küppenheim), y un hijo (Nicolás Saavedra) incapaz de aceptar a quien fuera el gran amor de su padre, se imponen como fuerzas antagónicas.



"No sabíamos cómo nos iba a ir hasta que la estrenamos y Berlín explotó. Se fueron todos en la media volada, diciendo que es increíble, y nosotros nos subimos a la cresta de la ola y lo disfrutamos todo", cuenta con una sonrisa Daniela Vega a Emol, a casi dos semanas del estreno de "Una mujer fantástica" en Chile.

La producción ganó tres premios en la Berlinale. Se quedó con el Oso de Plata a mejor guión, el reconocimiento del jurado ecuménico y el Teddy a la mejor película, trofeo que se entrega a filmes que aborden temas relacionados a la comunidad LGTB.

"Me lo tomé con mucha calma, con la menor ansiedad posible y con mucha humildad", dice al recordar los elogios que recibió en la capital alemana. "Mi trabajo es actuar. Y si la gente considera que está bien hecho, entonces mi trabajo vale la pena. Y me lo tomo así porque la vida te enseña que todos tenemos el mismo valor. No hay ser humano con categoría distinta de valor. Y eso me hace creer en el ser humano, en la historia, en el lugar que estoy, y en el rol que me asignaron".

La película fue muy bien criticada por el trabajo de Lelio y Gonzalo Maza en el guión, y también por la estética y dirección de arte de Estefanía Larraín. "Realmente, la primera vez que vi la película, no podía en mí misma, no cabía en mi propio cuerpo. No podía creer la belleza y espectacularidad que Lelio le dio a cada una de los planos, de las secuencias, de las tomas, de los cuadros", cuenta.

Discriminamos de manera súper imbécil y arbitraria

Para Vega, la cinta no tiene por objetivo juzgar cómo la sociedad chilena reacciona ante la transexualidad en el país, pero sí dejar sobre la mesa un "termómetro" respecto al tema. "La película no pretende ser una respuesta ni un espejo. La película pretende ser preguntas a un termómetro. Pero ese lugar de medición no nos corresponde como artistas en esta pasada". Respecto a este punto, subraya que Chile está preparado para legislar una Ley de Identidad de Género, pero el problema es que no hay voluntad política.

"El país está en condiciones de avanzar y avanza. Hay una película que sale de Chile, con un director que está disponible a hablar de esta temática, con un actor que está dispuesto a relacionarse con una actriz como yo, y una historia que tiene que ver con el tema de la transexualidad. Eso indica que Chile sí está preparado para éste y otros temas. Lo que pasa es que hay gente que uno elige que está en el Congreso y hace mal la pega, o de frentón no la hace. Y esa gente dirige lo que ocurre. Si esa gente tuviera voluntad política y dijera 'sí, ok, vamos con la identidad de género', y con otros temas que hacen falta en el país, Chile estaría perfecto", señala.



Si bien Daniela Vega responde a ese nombre y no al que recibió en 1989, su carnet la sigue identificando con su acta de nacimiento. Y tras ello hay una razón. "Tomé la decisión de no cambiar mi nombre y mi sexo registrado en el carnet hasta que exista Ley de identidad de género. Para mí sería bastante fácil acceder a un abogado que pueda tramitarme eso, pero no lo voy a hacer porque eso me pone en un lugar de realidad en el mundo, en Chile, y también me recuerda que ese es un lugar que hay que conquistar en algún momento. No voy a ser yo quien se haga cargo de eso, pero sí vivo esos procesos incómodos en el banco, en el Metro. Y sí, pasa algo aquí (se toca el pecho), pero me parece que me conecta con el resto de la gente trans que no vive mi vida, que no se sube a aviones ni camina por una alfombra roja. Y me hace más cercana a ellos".

Luego de estrenar el 6 de abril "Una mujer fantástica" en las salas locales, Vega comenzará a rodar su nuevo proyecto, “Un domingo de julio en Santiago". Allí interpretará por primera vez a un rol femenino no transexual, bajo la dirección de los hermanos Gopal y Visnu Ibarra, responsables de "Victor sin Victor Jara".
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