SANTIAGO.- "¿Debería hablar lento?", pregunta en inglés al público Bryan Adams. La respuesta es clara con un rotundo no. A pesar de los 20 minutos de retraso del show y el sonido menos que óptimo de la primera canción ("Do what you gotta do"), los asistentes al regreso del cantante estuvieron en sintonía con el músico canadiense desde que subió al escenario.
Es gracias a esta instantánea química y a la mochila de hits con la que llega, que la tercera visita de Adams al país se convirtió en un evento muy coreado y aplaudido.
Ejemplos de eso fueron clásicos como "Run to you", el emocionante karaoke masivo de "Heaven", "Summer of '69", "Somebody" y "Please forgive me" entre otras.
Con una puesta en escena tan sobria y minimalista como su banda (Adams en guitarra y voz, más un bajista, guitarrista, teclados y batería), demostró que no es necesaria gran parafernalia para armar un buen show. Algo a lo cual lo ayuda su muy bien conservada voz, además de su innegable carisma y buen humor.
Una muestra de ello fue que al tocar la muy bluesera "Bad to be good", pidió que una mujer de la audiencia bailara y accedió a saludarla con un beso, para más adelante bromear y decir su nombre en medio de la letra de otra canción.
Finalmente, el extenso show de casi 30 canciones tuvo secciones destinadas a satisfacer a sus seguidores, que mostraron ser de distintas generaciones y gustos. Es así como quienes querían escuchar su material más reciente del bien criticado disco Get up pudo escuchar temas como "Go down rockin'", mientras que los más rockeros tuvieron "Kids wanna rock" y "It's only love", entre otras. También hubo espacio para baladas como "(Everything I do) I do it for you" y también las versiones acústicas de "Have you ever really loved a woman?" o el cierre con "All for love".