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Jorge Baradit: "Los ciudadanos nos sentimos excluidos de los grandes relatos históricos"

El autor acaba de publicar "La guerra interior", antología que reúne 22 cuentos escritos a lo largo de los últimos doce años.

19 de Abril de 2017 | 14:05 | Alberto Rojas
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Lorena Palavecino/Penguin Random House.
SANTIAGO.- Siempre hay una mezcla de intuición y planificación en las cosas que uno lleva adelante. Este libro quería salir hace un tiempo y se eligió el mejor momento. Son piezas de mi historia que merecían cierta dignidad, más allá de languidecer en sitios web cerrados o carpetas perdidas en el fondo de mis nubes. Son bestias, ideas y demonios que me explican; son partes de mi historia que me completan. El momento es antes de cerrar la trilogía de 'Historia secreta de Chile', para decir: 'Hey, también escribo ficción basada en esos temas, ¿te interesa conocerla?'".

De esta forma define el escritor Jorge Baradit su libro más reciente, la antología "La guerra interior" (Plaza & Janés / $ 14.000), que reúne 22 cuentos escritos y publicados en diferentes momentos durante los últimos doce años. Y que por primera vez se lanzan juntos, ofreciendo la posibilidad de conocer otra faceta del autor de novelas como "Synco" o "Lluscuma", así como de la exitosa trilogía de no ficción "Historia secreta de Chile".

En esta antología convergen diferentes temáticas y géneros, lo que le da al libro un tono muy ecléctico. ¿Todos estos relatos forman parte del mismo "baraditverso" de tus novelas?
-El libro abarca 12 años como escritor. Los registros son variados y muy heterogéneos. A alguien incluso le parecerá extraña la combinación, pero algo claro tienen en común: identidad nacional. Es la búsqueda de quiénes somos como personas, como país y como continente. La búsqueda de las voces del territorio. Es escribir la historia de Chile como si le hubieras dado un LSD a Sergio Villalobos. Es Gabriel Salazar en ayahuasca rayando las paredes con pesadillas sobre las utopías, distopías y ucronías más descabelladas que el inconsciente del continente puede producir.

Y sí, en mi caso el formato cuento es la posibilidad de ensayar temas y conceptos que luego desarrollo en novelas. Acá hay prototipos y mundos, bocetos y bosquejos. Es un libro de arte, un bootleg, las escenas no incluidas, la carpeta de notas.


En términos personales, ¿cuál es el mayor desafío de escribir un cuento, comparado con el trabajo que demanda una novela?
-A estas alturas el cuento se me hace solo una cuestión de extensión. No busco esa "pelea por nocaut" o ese relato apretado y preciso. Ni siquiera el desarrollo de una sola idea bien resuelta, pueden ser muchísimos conceptos donde ninguno cierra. Es solo una cuestión de cantidad de páginas.

"Time War Lluscuma" se convirtió en "Lluscuma" y "Policía del Karma" en una novela gráfica homónima. ¿Qué otro cuento tuyo crees que podría servir como inspiración para una obra más extensa?
-También "La conquista mágica de América" se convirtió en "Kalfukura", eventualmente. Tengo la impresión de que hay una continua visita a nuestra historia y las mil maneras en que se podría torcer y convertir en un tumor que crece descontroladamente perdiendo la forma. Hay algo en "Estrella de la mañana" y en los pasajes donde Santiago y Chile desaparecen de mil formas diferentes de nuestra memoria. Que es una forma de decir que somos lo que nos han contado, pero que hay muchos datos que podrían decirnos todo lo contrario. Hay un removerse dentro de los recuerdos y la deformidad del recuerdo que me obsesiona.

Entonces, ¿esta antología es el preámbulo de tu regreso a la ficción? ¿Tienes alguna nueva novela en perspectiva?
-Hay un cúmulo de ideas dando vueltas hace mucho tiempo que claramente quieren convertirse en novela. Hay algo murmurando al fondo de mi cabeza y tiene dientes, es lo único que sé. Pero se viene, es inevitable, siempre es así.

Hablemos de "Historia secreta de Chile". Los dos primeros tomos han vendido cerca de 170 mil ejemplares, lo que es todo un récord para el mercado chileno. ¿El interés de los lectores por la historia nacional es un gusto ya instalado o crees que decaerá con el tiempo?
-La historia narrada es una constante mundial. La novela histórica es uno de los nichos editoriales más importantes. Lo que está haciendo Francisco Ortega, al tomar pasajes de nuestra historia para ficcionar en "Logia" o "Andinia"; lo que hace Carlos Tromben con "Huáscar" o "Balmaceda"; Elizabeth Subercaseaux con su nueva "La patria de cristal" o Patricia Cerda con "Mestiza", son señales de una manera que llegó para quedarse. Otro aspecto, el investigativo, tampoco se detiene, ya sea en historia propiamente tal o historia reciente a través del periodismo de investigación. El conocimiento de la memoria de la comunidad es una necesidad que encontró sus voces.

¿Cuándo se publica "Historia secreta de Chile 3" y qué aspectos históricos vas a explorar en él?
-Suponemos que saldrá en julio de este año, estoy un poco atrasado, pero vamos bien. Tocará las comunidades invisibilizadas, los grupos excluidos de la gran historia que nos enseña el Estado, como las mujeres, los indígenas, los inmigrantes, los gays, los obreros, etc. A través de historias que los tocan directa o indirectamente. Uno de los mensajes que atraviesan este proyecto es justamente levantar la idea que la historia no son solamente los próceres y sus grandes hechos, sino también su vida privada y los personajes y comunidades excluidos. Los ciudadanos nos sentimos excluidos de los grandes relatos históricos y eso deriva en un tremendo problema político: cuando llega un momento histórico, sentimos que son otros, los grandes actores, los que deben actuar, cuando la historia es nuestra y la hacen los pueblos, como dijeron por ahí.