| Cuánto ha cambiado la franja electoral |
|---|
Ha cambiado muy poco. De partida creo que los grandes cambios que he visto han sido en algunas en particular y tienen que ver más que nada con la factura que con las temáticas que se tocan. Si ves la franja hoy, puedes levantar con claridad los temas que se están abordando, que son temas que han sido sistemáticos en el tiempo, como salud, pobreza y educación. Son temas que uno, sin mayor profundidad, podría decir que van a aparecer.Ahora, en términos de forma te diría que uno podría ver unos temas más innovadores. Siento que particularmente la franja de Kast tiene una factura un poco más distinta, más innovadora, levanta temas que son menos predecibles, como lo es el emprendimiento, habla de los emprendedores y es más cercano a los jóvenes. Pero en lo general, diría que es bastante similar. Es súper importante con lo que recibe la gente, la audiencia, y en términos generales a mí me parece que pueden haber cambios de estructura, pero las temáticas se siguen manteniendo. |
Personalmente, creo que la evolución ha sido muy poca en estos últimos 30 años. Hay más recursos técnicos, más drones, más HD, mejores audios, pero en términos de contenido hay una muy poca variación. Lo que se ha introducido ahora, en algunos candidatos, no en todos, es el storytelling, el hecho de que a la gente le gusta que les cuenten historias. Entonces las historias son más cercanas, más personales, eso es lo único que ha cambiado.Uno podría hacer un remix con las franjas de ahora y del Sí y del No, y no saber qué se hizo en 1988 y en 2017. La de Beatriz Sánchez se parece mucho a la del No, y la de Manuel José Ossandón se parece mucho a la del Sí. Con estos juegos de imágenes y letras,y el vota A, B o C. Es un poco desilusionante saber que han avanzado tanto las comunicaciones y se siguen ocupando los mismos armados, como si fuera la única manera de dirigirse a la gente. Técnicamente uno ve mejoras, pero en términos de estrategia y contenido no es mucha la diferencia desde aquel entonces hasta ahora. El uso de los jingles, de las frases pegotes, de las banderas, de las personas acompañadas de los adherentes. Los códigos son siempre los mismos. Lo único que ha cambiado son las infografías—que es meter textos, imágenes y gráficos—, eso está bien, se ocupa, se entiende y se agradece. Lo hace más didáctico y cercano. En este tema nadie trata de explorar mucho o arriesgarse mucho, prefieren terrenos conocidos. Por eso se hace mucho de lo mismo, porque es mucho el riesgo. |
Cuando uno ve la franja de fines de la década de los 80, lo que ves es un lenguaje de imagen y de contenido, edición y de producción mucho más ingenua. Era un país en que todo era blanco y negro, en términos de contenido, y en ese contexto era mucho más épico. Era un lenguaje mucho más poético y más épico. Son dos mundos completamente distintos y lo que refleja el lenguaje de la comunicación política es totalmente distinto hoy a ese momento. En ese momento era el Sí o el No, era blanco o negro. En ese contexto, todo el lenguaje político en la franja de esa época tenía un lenguaje mucho más desgarrador, era el bien o el mal. Ahí se jugaba el "futuro de Chile". Era una época donde también quedaba la épica en la política en que todavía había más ideología todavía. Por lo tanto, el contenido de las imágenes o de lo que se dice era mucho más ideológico.Si vas a la franja de la democracia, después de Patricio Aylwin, claramente en la franja ya no hay una ideología y toda la oferta política ya no se trata de cambiar al país, sino que dejar contenta a la gente. Pasamos de un lenguaje en el que el país es lo que importa, a un lenguaje completamente distinto, donde la oferta es distinta. Lo más importante de lo que se dice y lo que se ve es claramente una oferta individual. O sea, se le habla a la persona, no al país. Es una propuesta mucho más de promesa. Es un lenguaje mucho más transaccional, mucho más mercantilista de la política. Esa es la gran evolución en el lenguaje. En la producción, que no es poco, es la estética muy profesional y afinada de todas las propuestas de los candidatos. Si ves las propuestas que son mejor terminadas, como la de Piñera, Beatriz Sánchez y Felipe Kast, tienen mejor producción, pero no tienen grandes cambios, es lo que vimos más o menos en la campaña de Frei, no hay mayor calidad digital. En las propuestas de ahora, uno ve mucho más calle, más paisaje, más tierra, más terreno. A comienzos de la democracia, las propuestas políticas eran más de laboratorio, porque salía mucho más caro salir a la calle a producir. |
En la época de los 80, el contenido era completamente ideológico. Realmente habían contenidos dentro de los mensajes de la propaganda. El concepto de los productos políticos no estaba. Ahí aparecen los actores políticos al servicio de contenidos ideológicos. Es decir, había una forma de elaborar el mensaje desde la ideología, y también del punto de vista de la creatividad, pese a que no era tan sofisticado como ahora. La creatividad era bastante buena y atraía a mucha gente.Después, en los 90, se orientan más a las campañas presidenciales, y se empieza a perder el domicilio político, es decir, no aparece el vínculo con los partidos. Aparece el personaje. El contenido ideológico comienza a diluirse, estos personajes pasan a ser actores principales, pasan a ser rostros. En el 2000 se centra derechamente en el candidato como un producto, casi como un producto egocentrista, que se centra tanto en la persona y no vende ningún contenido. La creatividad cambia también, desde el foco de los contenidos hacia la persona, es más cercano con la gente, buena onda. Cambia de un foco ideológico, con ideas contundentes y visiones de país, a temas más personales. Está el tema de la integración de las personas. |