MADRID.- Pilar Abel, quien reclama ser hija del pintor Salvador Dalí, aseguró que seguirá luchando para esclarecer su vínculo con el fallecido artista, esto luego de que la prueba de ADN que se hizo saliera negativa.
La mujer alega que fue fruto de una relación que mantuvo su madre con Dalí, a quien la mujer conoció mientras trabajaba como empleada de una familia que pasaba temporadas en Cadaqués.
La insistencia Abel la llevó a que un juzgado autorizará la exhumación -en julio pasado- de los restos de Dalí, después de 28 años de su deceso.
Finalmente, recibió el resultado que consignaba que su ADN y el del genio del surrealismo no coinciden.
"Según dicen es negativo pero aún tengo que verificarlo, ¿no?", manifestó la mujer, quien mantiene dudas de que se haya respetado la cadena de custodia de las muestras que se tomaron al pintor en el Teatro-Museo de Figueras -donde está enterrado- y por eso quiere que se le facilite el soporte documental de dicha cadena.
La mujer cree que pudo haber "una mano negra o veinte" en su caso y aunque confía "en la juez y en la Justicia", cree que hay intereses por que no se demuestre que ella es la hija del pintor.
Sin embargo, no se amedrenta ni se desanima por ello, aunque reconoce que lamenta cómo "fue tratada la juez" al ordenar la exhumación del que cree que es su padre, pero es algo que defiende porque considera que está en su derecho. "Como ciudadana española tengo derecho a saber mi identidad, no porque sea Salvador Dalí. Aquí se ha puesto en duda la palabra de mi madre", aseguró Abel, quien repite una vez más que no le mueven intereses económicos.
Con sólo siete años, su abuela le contó que era hija del pintor a quien nunca llegó a conocer. Sin embargo, no fue hasta 44 años después, en 2007, cuando su madre le reveló que había mantenido una relación sentimental con Dalí.
La mujer se sometió a cuatro pruebas de ADN en España y Francia, algunas de ellas alentadas por "terceras personas y mensajeros", cuyos resultados nunca conoció, salvo la última, que arrojó resultado negativo.
Una de esas pruebas fue realizada con los restos biológicos del pintor alojados en una máscara mortuoria, de la que Abel conserva una parte, y que estaban en poder de una persona a la que nunca conoció.
Una historia tan surrealista como el propio pintor, del que dice que es hija no sólo por lo que le contó su abuela sino por un "sentimiento" que le lleva a pensar así.
El 18 de septiembre deberá asistir al juicio por la demanda de paternidad, a no ser que finalmente se suspenda. Como sea, la mujer asegura que seguirá con este caso hasta el final: "He luchado once años, ¿Crees que me voy a parar aquí?".