SANTIAGO.- Durante una noche de tormenta en Castro (Chiloé), desaparece de su casa la escritora Anastasia Plot, famosa por sus exitosos libros juveniles. Sin pistas ni testigos, su hijo Álex intenta encontrar algo, cualquier cosa, que le permita saber dónde está su madre y quién podría ser el responsable de su secuestro.
Sin embargo, será su abuelo materno, Oreste -con quien el muchacho ha tenido una relación más bien distante a lo largo de los años-, quien lo ayudará en su búsqueda. Y la persona que le revelará un impensable secreto: la posibilidad de viajar físicamente a los universos literarios creados por los escritores.
Esta es la premisa de "Álex Nemo y la hermandad del Nautilus"(Reservoir Books, $ 12.000), de Francisco Ortega y Gonzalo Martínez -los mismos autores de "Mocha Dick"-, y cuya portada es obra de Félix Vega ("Juan Buscamares"). Una novela gráfica que a lo largo de sus 135 páginas, construye una aventura en apariencia destinada al público juvenil, pero que también cautivará a los lectores más adultos. Y las razones son varias.
En primer lugar, porque la trama que gira en torno a la búsqueda de la madre del protagonista no escatima en sorpresas ni giros argumentales que mantienen al lector preguntándose al final de cada página: "¿Y qué va a pasar ahora?".
A esto se suma el hecho de que sus protagonistas puedan entrar y explorar los mundos creados por autores como Charles Dickens, por ejemplo, lo que además ofrece una vertiente paralela: la existencia de mundos que son producto solo de la imaginación de cada escritor, como el "verneverso", de Julio Verne, o el "poeverso", de Edgar Allan Poe.
En ese contexto, "Álex Nemo" está llena de referencias literarias y homenajes a obras clásicas, como las novelas más famosas de Verne, H.P. Lovecraft, J.R.R. Tolkien o Arthur Conan Doyle. Asimismo, Ortega y Martínez no ocultan su deseo de rescatar la memoria de la revista "Mampato", clara influencia juvenil en ambos y que aparece a través de cuidadas alusiones.
A pesar de eso, "Álex Nemo" no es solo un homenaje literario de sus autores a los escritores y obras que los marcaron, sino una novela gráfica que se lee como una obra cargada de frescura y originalidad. Un esfuerzo exitoso por acercar un patrimonio literario inmortal a las nuevas generaciones y que a futuro se verá ampliado con nuevas aventuras de su joven protagonista. En otras palabras, un excelente regalo -o autorregalo- para esta Navidad.
