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"Ícaro y Dédalo": La historia de la escultura que se dañó tras la Fórmula E

La obra de Rebecca Matte se ubica desde 1930 en el frontis del Museo Bellas Artes. La escultura fue concebida en 1922, cuando el Gobierno chileno le encargó a la artista una obra para obsequiar a Brasil en su centenario.

05 de Febrero de 2018 | 11:47 | Por Constanza Troncoso M., Emol.
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"Ícaro y Dédalo" en el frontis del Museo de Bellas Artes, en mayo de 2008.

Juan Francisco Somalo, El Mercurio.
SANTIAGO.- "Unidos en la Gloria y en la Muerte", se lee en la inscripción que adorna la base de la escultura "Ícaro y Dédalo", que desde 1930 se ubica en la fachada del Museo de Bellas Artes, en Santiago. La obra de Rebeca Matte (1875-1929) es de bronce y se encuentra hoy en el centro de la polémica luego de que un camión que trabajaba en la carrera de automóviles Fórmula E la embistiera dañándola visiblemente.

La obra representa la leyenda griega Dédalo e Ícaro, padre e hijo, quienes permanecían en cautiverio por haber traicionado al Rey Minos. Durante su encierro recolectaron plumas de ave, con el fin de fabricar alas que les permitieran escapar. Las ataron con hilos y se las adhirieron a los brazos con cera. Dédalo le dijo a su hijo que no volara demasiado cerca del agua, ni se aproximara al sol. Sin embargo, el placer y la adrenalina se apoderaron de Ícaro, quien alcanzó tanta altura que los rayos de sol desprendieron sus alas y perdió la vida cayendo al mar.

La escultura muestra al padre retorcido de dolor ante el cuerpo de su hijo que yace fallecido sobre las rocas, a orillas del mar.

Rebca Matte estaba radicada en Florencia cuando el Gobierno chileno le encargó esta obra para ser regalada a Brasil en las celebraciones del primer centenario de su independencia, en 1922. La obra demoró su llegada desde Europa y fue inaugurada en la Plaza Mauá de Río de Janeiro recién en noviembre de 1923.

"Este grupo de bronce, pequeño por sus dimensiones, pero grande por la intensidad del afecto con que fue entregado a los cuidados del pueblo brasileño, será un testigo perenne que recuerde la secular amistad jamás empañada que existe entre vuestro país y el mío", declaró el embajador de Chile Manuel Cruchaga Tocornal, en ese entonces, a El Mercurio.

Detalle de los daños sufridos tras el incidente con el vehículo de la Fórmula E.

"Aviadores" fue el título original con que Matte bautizó la obra. Hace más de 10 años se encuentra ubicada en la entrada de la Universidad del Aire de la Fuerza Aérea de Brasil.

La recepción de la obra, en pleno siglo XX, fue de gran acogida. Incluso Gabriela Mistral lamentó que un país tan pobre de esculturas regalara esta estatua.

Por este motivo el marido de Rebeca Matte, Felipe Iñíguez, se encargó de que una réplica casi idéntica se quedara en Chile, para homenajear el legado de la artista. La copia fue hecha por el francés Carlos Vignali y financiada por Iñíguez. Esta es la obra que hace más de ocho décadas se puede apreciar en la entrada del Museo de Bellas Artes.

Estudiosos de la obra de Matte destacan "Ícaro y Dédalo" como una de sus obras cumbres, además de "Héroes de la Concepción" (1920), emplazada en Bandejón central de la Alameda, y "La Guerra" (1914), en el Palacio de la Paz de La Haya, en Holanda.

La obra en cuestión además es una de las últimas que la artista realizó, puesto que desde 1926 se distanció definitivamente del arte. La razón fue la tuberculosis que aquejó a su pequeña hija Lily, quien finalmente murió a causa de esa enfermedad.

"Ícaro y Dédalo" refleja el dolor de un padre ante el sufrimiento y muerte de su hijo. Hay quienes creen que la obra hace una referencia directa a la vida de la misma Rebeca Matte, sumida en el dolor por la enfermedad que pocos años después le arrebataría a su hija.

Otras obras destacadas de Rebeca Matte. "Héroes de la Concepción" a la izquierda y "La Guerra", a la derecha.
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