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Orquesta Nacional de Ciegos: La lucha por el financiamiento y el esfuerzo de sus integrantes para vivir de la música

Hace 14 años, Esteban González tomó el desafío de enseñar a tocar instrumentos a un grupo de jóvenes ciegos que asistían a un colegio en Santiago. Tras años de constancia y esfuerzo, hoy están establecidos como una banda capaz de deleitar con su talento y hacer olvidar que viven con una discapacidad visual.

13 de Abril de 2018 | 07:02 | Por Nathalia Quijada, Emol
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Facebook ONACC
SANTIAGO.- Hace exactamente una semana, la Orquesta Nacional de Ciegos de Chile (ONACC) se lució en compañía de Claudio Narea y Miguel Tapia (Los Prisioneros) en la comuna de Cerro Navia. Llevan más de ocho años tocando, pero cada vez que se presentan están aquellas personas que desconocían por completo su existencia.

Doce jóvenes músicos, todos con problemas visuales, deslumbran en cada show gracias a sus habilidades. La mayoría de ellos está entre los 21 y los 29 años. Todos apasionados por la música, pero comparten la frustración de no poder vivir de ello.

Mismo sentimiento guarda Esteban González, director y creador de la orquesta que se mantiene en la lucha para conseguir financiamiento y un sueldo para sus músicos. Si bien hoy él puede vivir de su pasión, sabe que estos instrumentistas no, y eso le ha dado más de un problema tanto para la organización de los shows como para mantener a los artistas.

"Eso hace que el proyecto pueda morir, pero si contáramos con un sueldo por parte del Estado comenzaría a ser como cualquier trabajo. Entonces deberían asistir a ensayos, perfeccionarse, preparar sus show y se convertiría en un trabajo estable", asegura.

Foto: Facebook ONACC

González cuenta que ha sido un camino difícil. En un principio trasladaban los instrumentos en su propio auto, los cargaban ellos mismos, los músicos se movían de comuna en comuna en transporte público, y todo para conseguir pequeños aportes monetarios o simplemente ganar un poco de popularidad.

Hoy en día la situación ha ido mejorando. Él tiene una escuela de música llamada EG Músicos donde pueden ensayar, y tanto privados como instituciones públicas han contratado a la orquesta para que deleiten con su talento. Pero eso no ha impedido la emigración de varios integrantes, y la desilusión de otros tantos.

Este desencanto no es precisamente con el trabajo como músicos, sino que con el hecho de no obtener un ingreso monetario que les permita vivir tranquilamente de sus talentos. Según detalla el director, han partido varios instrumentistas de capacidades extraordinarias, pero entiende sus motivos.

Esteban González junto al piano que recibieron a través del programa "21 pianos para Chile". Foto: Emol

"Hay un joven de 27 años que se convirtió en papá hace poco tiempo. Él y su pareja son ciegos. Para mantener a su familia tuvo que ingresar a trabajar a un banco, a un call center, y efectivamente recibe un suelo, pero le estresa esto no de tener tiempo, de no poder tocar música y estar haciendo algo que no le gusta. Se está perdiendo ahí, y él se deprime por no poder estar con la orquesta y solo poder ir los fines de semana, y nosotros también por no contar con su música", cuenta.

Los esfuerzos de sus integrantes y las ganas de surgir


"No puedo creer que sean ciegos", señala una transeúnte al ver a Renato Villagra y Adolfo Fernández tocando a las afueras de la estación del metro Ciudad del Niño. Renato toca el violín y sigue las notas que Adolfo da con su guitarra.

Ambos han decidido trabajar con presentaciones en el transporte público y formar un dueto llamado Kluster para poder complementar las ganancias que reciben con los shows de la orquesta, los que suelen ser dos o tres mensuales, y con remuneraciones que varían entre los 30 y 50 mil pesos por cada una.


Según cuentan, son felices viviendo de la música, pero saben que hay que hacer más de una cosa para poder ganar el dinero suficiente que les permita autofinanciarse. Ambos están de acuerdo en que un sueldo cambiaría las cosas, tanto para su vida como para la banda. "Un salario sería una mayor motivación, pero también puede darnos una mayor calidad como músicos al perfeccionarnos y dedicarle el tiempo que merece", comenta Renato, el violinista del conjunto.

El joven de 24 años, divide su tiempo entre los ensayos con la orquesta, las clases de violín en un colegio de San Bernardo, shows en el metro de Santiago y, desde hace algunas semanas, con sus clases en la universidad donde estudia Traducción e Interpretación de Inglés.

Sabe que no tendría que hacer tantas cosas si es que la ONACC le entregara un sueldo fijo, pero aún así se siente satisfecho por poder hacer lo que le apasiona y para lo que, evidentemente, tiene un gran talento.

Renato Villagra. Foto: Emol

La orquesta les ha abierto puertas, y por ello aseguran estar muy agradecidos. Adolfo, de 29 años, planea pasar toda su vida haciendo música. Ya lleva 14 años en ello, y espera que en un futuro le permita adquirir bienes y formar una familia.

Su historia de vida no ha sido fácil. A los 7 años perdió la vista al recibir un golpe de una pelota mientras jugaba fútbol. El accidente le desprendió las retinas. Pese a ello, se declara un hombre independiente, feliz de haber llegado a ser instrumentista.

"Cuando perdí la vista, me llamó de inmediato la atención la música, me apegué a eso. Después cuando conocí al profesor por ahí por el 2004, ingresé a la orquesta y aprendí a tocar la guitarra y el bajo, algo que hoy permite ganarme la vida", declara.

Adolfo Fernández. Foto: Emol

Cuesta imaginar cómo aprendieron a tocar, pero ambos aseguran que todo se debe a su audición. "El tiempo nos ha permitido ir mejorando la técnica, aunque no sé si lo podríamos llamar así porque nosotros aprendemos de otra forma, no con partituras. Usamos principalmente el oído y somos bien autodidactas con eso. Lo hacemos como creemos que se hace, tratamos de emular lo que escuchamos", detalla Adolfo.

Las instituciones que los han apoyado y las que esperan lo hagan en un futuro


Hace pocos días, la orquesta fue una de las beneficiadas para la donación de un piano. La iniciativa fue de la Gabriela Mistral Foundation a través de su programa "21 pianos para Chile". Esteban González cuenta que los conocieron a través de un video en YouTube, y luego los contactaron para regalarles el instrumento.

Parece que fuera poco, pero en realidad el costo de un piano no habría permitido que la orquesta lo obtuviera de no ser a través de la donación. De hecho, sus instrumentos datan del 2010, fueron comprados a través de un fondo que obtuvieron de la JUNAEB y saben que ya necesitan ser renovados.

Si hoy en día se mantienen de pie, es también gracias a las gestiones de Co-Crea, una productora que los ayuda a ir gestionando sus conciertos con empresas e instituciones que buscan una presentación cultural y musical.

Además, y durante años, han sido apoyados por la Corporación Municipal de San Miguel que les brindó espacios para los ensayos y los ha considerado en cada uno de sus eventos con fines culturales.

Por ahora se preparan para enviar una carta a la Primera Dama Cecilia Morel, solicitando ser reconocidos como la Orquesta Nacional de Ciegos de Chile y poder recibir un sueldo tal como lo hace, por ejemplo, el Ballet Folclórico de Chile.
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