SANTIAGO.- Una gran escultura de colores tierra cuelga en medio de la sala. Se trata de una manta holgada, conformada por múltiples elementos diminutos y móviles, que se unen para darle vida a un tejido que a lo lejos parece un panal, o una concurrida reunión de mariposas. Pero la materialidad de esta obra no es papel, ni textil, como podría pensarse; la escultura fue hecha completamente en base a bolsitas de té usadas, 8.200 de ellas, para ser más exactos.
"A todo el mundo le llaman la atención, la gente no entiende de buenas a primeras que son bolsitas de té, no se lo pueden imaginar y menos que estén usadas", cuenta
Denise Blanchard, la creadora de esta obra titulada "
Manto Sagrado".
Blanchard, quien nació en Viña del Mar y estudió pedagogía en Artes Plásticas, ha experimentado las distintas potencialidades de este peculiar material, con el que no solo ha creado mantos, sino también otras esculturas, pequeñas tazas, lámparas y más. "Me siento cómoda con este material", asegura la artista. "Me gusta su transparencia, la huella que deja y los tonos que da, muy naturales y cálidos".
"Vivo abriendo, secando y clasificando bolsas de té: las cuadraditas, las redonditas, las doble cámara... me las sé todas. También las ordeno por tonalidad y junto de las que son no típicas, de las que vienen en bolsas de malla o de gaza", cuenta la artista.
Sin embargo, trabajar con este inusual material también tiene sus dificultades, y responden principalmente al problema de la conservación. Las bolsitas de té de Blanchard han viajado por México, Argentina, Uruguay y otros países, recorridos luego de los cuales a veces han llegado "un poco aplastadas", según comenta la artista. Además, por la naturaleza del material, las obras amenazan con llenarse de hongos.
"Una vez viajé a Estados Unidos con uno de estos cuadros, lo llevé de regalo a una pareja que se casaba. Ella es médico y se escandalizó, dijo que tenía hongos y que por ningún motivo iba a colgarlo", recuerda la artista entre risas.
Blanchard aclara que no fue ella quien se tomó todos esos tés "ni alcanzaría a tomarlos en vida", y que tiene reclutados a varios amigos recolectores. "La gente me da sus bolsitas con sus historias y a partir de ellas yo cuento otra historia", sostiene. "Yo soy más cafetera, pero igual me gusta el té. Más allá de eso, me interesa evocar todo lo que involucra tomarse una infusión. El ritual".
Actualmente Denise Blanchard expone una selección de sus obras en la galería La Sala, en Vitacura. La muestra "Fuera de Servicio" es conjunta con otras dos artistas mujeres que trabajan en torno a las instalaciones: Fernanda Gutiérrez y Andrea Fischer. Permanecerá abierta al público hasta el 7 de julio y la entrada es liberada.
