EMOLTV

¿Cuál sería la contribución de un Museo de la Democracia? Expertos analizan la propuesta del Presidente Piñera

Las opiniones están divididas. Mientras unos piensan que acercaría a las nuevas generaciones o que ayudaría a consensuar miradas, otros ven innecesaria su implementación.

21 de Agosto de 2018 | 11:32 | Por Constanza Troncoso M., Emol.
imagen
Emol
SANTIAGO.- La memoria, los derechos humanos y las distintas visiones que se tienen hoy en día del golpe de Estado de 1973 en Chile, han sido temas fundamentales en la agenda política y cultural durante las últimas semanas. Lo más reciente es el anuncio que hizo el Presidente Sebastián Piñera sobre un nuevo Museo de la Democracia, que llegaría para "contar la historia de la democracia en Chile", según las palabras del propio Mandatario.

El anuncio se da a solo días de que se conmemoren 30 años del triunfo del No y cuando recién el Gobierno se recupera del desorden provocado por la polémica salida del ex ministro Mauricio Rojas, quien duró solo cuatro días a la cabeza del Ministerio de las Culturas, por el rechazo que causaron sus dichos sobre el Museo de la Memoria, recinto al que calificó de ser "un montaje".

En este contexto, ¿qué aporte podría significar un Museo de la Democracia? Y de concretarse, ¿qué elementos debería incluir? A continuación críticos de arte, historiadores y artistas responden estas preguntas a Emol.



¿Cuál sería la contribución del Museo de la Democracia?
Gaspar Galaz, escultor e historiador del arte.
El Museo de la Democracia podría perfectamente ser un aporte para consensuar las visiones del país, pero tendría que suscitar confianza de la ciudadanía y puede requerir muchos años de trabajo para su implementación. Necesitaría que un equipo de expertos, de distintas visiones, logren sentarse en una mesa y puedan organizar la historia del país desde los pueblos originarios hasta hoy, es decir, más de 3.500 años, porque si bien la República nace en el siglo XIX, hay tres siglos coloniales donde se van fraguando las condiciones para llegar al hito de O'Higgins. Y de ahí hasta hoy el país se ha ido perfeccionando lentamente a pesar de la condición humana, llena de rencillas, odio, violencia, guerras civiles e ideologías... Todo lo que puedes imaginar cabe en un Museo de la Democracia, hasta el punto que plantea que todavía falta muchísimo para ser un país plenamente democrático. Es muy complejo, porque cada partido tiene su propia visión de la democracia.

Es un trabajo infinito, no tiene final. ¿Cuándo nos vamos a poner de acuerdo? Nunca. ¿Cuándo nos vamos a poner de acuerdo en quién decidirá qué mostrará ese museo? Es una tarea gigantesca que parece imposible por la propia convicción humana. A lo mejor en ponernos de acuerdo en una convicción nacional al respecto nos demoraremos 30 años y entonces, quizás la democracia ya no exista. Desde mi punto de vista, y rememorando lo propuesto por Nemesio Antúnez, tendrá que ser un 'museo abierto'. Abierto a todas las tendencias, a toda la historia y a todas las ideas, que anime a la reflexión sobre las fricciones en torno al tema de la democracia y que siempre reciba nuevas miradas. Me agoté de solo pensarlo.
Mónica Bengoa, artista plástica y académica de la Universidad Católica.
A mí me parece que este tipo de contenido, de reflexión en torno a la historia política, siempre es muy bueno. El punto es si efectivamente se necesita un museo distinto para ello. Hacer un Museo de la Democracia no me parece una muy buena idea; hay que entender el contexto en el que se da el anuncio, y en ese sentido, aparece más bien como una acción comunicacional/política para dejar a los simpatizantes del gobierno un poco más tranquilos, después de todo lo que pasó con la salida del ministro Rojas por sus dichos sobre el Museo de la Memoria.

Las reflexiones sobre nuestra historia política pueden estar perfectamente contenidas en el Museo Histórico y si eventualmente se requiere contenido adicional, me parece posible plantearlo en ese marco. Conociendo y viendo las dificultades de gestión que tienen los museos actualmente, en presupuesto y en términos curatoriales, no veo que un nuevo museo como este la vaya a tener más fácil. Tampoco tengo claro qué elementos tendría que contener... me parece que tener un país participativo e informado en términos democráticos es mucho más útil y provechoso, que poner un nuevo museo.
Diego Parra, crítico de arte y académico Universidad de Chile.
El Museo de la Democracia en sí podría aportar a que generaciones más jóvenes se relacionen de manera distinta con la democracia, partiendo del entendimiento de que hay una crisis de representación por la cual las personas no van a votar. Es complejo sugerir una idea así como así, porque se asume que el deber de fomentar la democracia solo parte de los ciudadanos y no de los políticos. El Museo de la Democracia le carga la mano a los votantes y deja de lado a los políticos. Piñera dice que "hay que cuidar la democracia", pero esa no es una tarea solo de los ciudadanos, porque no somos nosotros quienes la administramos.

En estricto rigor, todo lo que se ha mencionado que estaría incluido en este nuevo Museo de la Democracia, ya está exhibido en el Museo Histórico Nacional, que cuenta la historia de la República, los movimientos sociales que dan vida a la democracia, el voto femenino... No sabría qué cosa nueva agregar, ni qué elementos podrían conformar el Museo de la Democracia. En este sentido, creo que Piñera está errando en el plan y que es más importante fortalecer la educación cívica para fomentar la democracia en los jóvenes, que un museo. En especial porque ya existe, solo que no se llama así.
Montserrat Rojas Corradi, curadora de arte independiente.
Si quieres que te diga la verdad, el anuncio del Museo de la Democracia me parece ridículo. En primer lugar, porque a los museos nacionales ya les falta presupuesto y porque mientras se habla de fortalecer la democracia con un nuevo museo, se está quitando la filosofía y la educación cívica de los currículum escolares. Entonces, ¿desde dónde vas a hablar de democracia? Y más importante aún, ¿desde cuándo vas a hablar de democracia? ¿Vamos a hablar del 'término de la transición' cuando todavía ni siquiera hemos llegado a un acuerdo en eso? ¿Qué vamos a poner ahí? ¿Los informes de las comisiones de Valech y Rettig, que ya están en el Museo de la Memoria? ¿Los primeros años de la Concertación, cuando todavía Pinochet era director del Ejército y senador vitalicio?

Hay muchos artistas jóvenes trabajando en torno a los temas de la dictadura, y están el Museo de la Memoria, el Museo de Historia Nacional, y los Museos de Arte Contemporáneo y de Bellas Artes. Desde mi punto de vista, sería mejor propiciar que los recintos aborden el tema de la democracia de forma transversal y dialoguen entre sí, porque aún no sabemos a ciencia cierta desde cuándo podemos hablar de democracia. Algunos dicen que cuando se modifica la Constitución, en 2016, acaba la transición. Yo pienso que acaba cuando asume el primer gobierno de derecha y empiezan los movimientos sociales. ¿Pero eso es la democracia? No, es mucho más.
EL COMENTARISTA OPINA
¿Cómo puedo ser parte del Comentarista Opina?