Jan Broberg y su secuestrador, Robert Berchtold.
Captura Netflix
SANTIAGO.- "Abducted in Plain Sight" es el nombre de uno de los más recientes documentales estrenados en Netflix que está dando que hablar en redes sociales y en medios especializados. Pese a que tuvo su estreno en 2017, recién el pasado enero comenzó a circular a nivel internacional a través de la plataforma de streaming, y su contenido no ha pasado inadvertido.
Perturbador, inconcebible y escalofriante, son solo algunos de los calificativos que ha recibido esta pieza audiovisual. A través de testimonios, se recrea la historia del secuestro de Jan Broberg en los años '70, cuando tenía 12 años. Pero el suceso está lejos de ser un simple secuestro, y poco a poco se va transparentando una macabra relación entre los padres de la menor, el secuestrador y sus familias.
La cineasta Skye Borgman consigue declaraciones que hacen que los espectadores quieran gritar frente a las pantallas mientras ven el documental, porque son los propios involucrados quienes están admitiendo sus errores, contando cómo normalizaron situaciones y comportamientos absolutamente inaceptables.
Jan Broberg, junto a "B" y la madre de Jan. Foto: Captura Netflix
En 91 minutos, el largometraje deja en claro cómo se gestó el peculiar caso de secuestro de Jan, quien a su corta edad "cautivó" a su vecino y amigo de sus padres
Robert Berchtold. Pero este hombre, al que con cariño la familia Broberg llamaba "B", no solo secuestró a la niña, sino que además
mantuvo encuentros sexuales con los padres, los enredó en una red de confianza, vergüenza y complicidad, con la que pudo incluso librarse de cargos de secuestro tras el primer intento de "llevarse para siempre" a Jan.
El giro más impactante es cuando se evidencia que "B"
logró secuestrarla por segunda vez, y por varios meses, pese a todas las señales que se venían dando desde hace años frente a los ojos de los padres de Jan.
Los secuestros de la niña tuvieron lugar en una pequeña ciudad estadounidense, en una época donde poco y nada se transmitía en los medios de comunicación respecto a los homicidios, los crímenes en general y las
mentes de los pedófilos. La familia Broberg era altamente religiosa, y tenía una capacidad extraordinaria de perdonar y comprender
situaciones que hoy en día no tendrían lógica alguna.
La familia Broberg. Foto: Captura Netflix
Solo a modo de ejemplo, los Broberg
dejaron que "B" durmiera en la habitación de su hija durante varias semanas como una forma de "superar su problema psicológico" causado por un aparente abuso sexual que sufrió en su infancia. Y no solo eso, sino que también permitieron que continuara visitando a su hija incluso después de haberla secuestrado por 35 días, período en el que contrajo matrimonio con Jan en México, cuando era legal que una menor de 12 años firmara el enlace.
Berchtold estuvo dispuesto a todo con tal de estar al lado de Jan, a quien calificaba como "su gran amor", "su muñeca", pero no quería que ella lo odiara. Para que la niña tuviera la "voluntad" de estar junto a él, le inventó toda una historia de "abducción alienígena" con la que ella podría salvar de la muerte a su padre y a su hermana. La única condición de mantenerlos a salvo era tener relaciones sexuales con "B", y que juntos tuvieran un hijo.
Jan, con ya más de 50 años, confiesa en el documental que llegó a estar enamorada de "B". "Lo amé como a nadie. Era un compromiso", contó entre lágrimas al relatar su macabra experiencia que marcó para siempre su vida, la de sus hermanas y, por sobre todo, la de sus padres, quienes declaran ser los grandes culpables de los horrores que tuvo que vivir su hija.
