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Libro "Las Homicidas" es modificado luego de que familia afectada acusara errores

Desde la editorial explicaron que en la próxima edición -actualmente en impresión-, la autora, Alia Trabucco, "vuelve a reflexionar en un epílogo". El caso cuestionado es el del matrimonio España Ramírez, que perdieron a tres de sus hijos a manos de una asesora del hogar.

04 de Abril de 2019 | 15:48 | Por M. Álamos, Emol.
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Lumen
SANTIAGO.- La abogada, editora y escritora Alia Trabucco presentó el 20 de marzo pasado el libro "Las Homicidas" (Lumen 2019), un volumen que aborda los casos de cuatro mujeres chilenas que cometieron asesinatos en el siglo XX. Las historias son narradas desde el ángulo de las victimarias y de "cómo la sociedad abordó dichos casos", según un comunicado del Grupo Editorial Penguin Random House.

Sin embargo, una familia se vio afectada con esta publicación. Magaly Ramírez y Sergio España fueron víctimas de los actos de una de estas mujeres, quien trabajaba como asesora de hogar, y asesinó a tres de sus hijos y a la madre de Magaly. Hoy, sus descendientes acusan que hubo errores en la investigación de los datos del caso y en lo que ha sostenido la autora.

"No negamos su derecho a teorizar, pero no lo puede hacer sobre la base de una tragedia que es presentada con tal cantidad de errores y omisiones", declararon los familiares en un comunicado.

Al ser consultado por Emol al respecto, Penguin Random House respondió:

"El libro 'Las Homicidas' es un ensayo destinado a ofrecer una interpretación de cómo fueron abordados cuatro casos de mujeres criminales en la historia de Chile. Sobre la base de una amplia bibliografía, una lúcida reflexión y una investigación de aquello que dijeron la prensa, los jueces, los médicos y los protagonistas públicamente (en sentencias judiciales, periódicos, informes médicos, producciones culturales de artistas y escritores) la autora desvela al lector procedimientos de una sociedad de múltiples prejuicios. En otras palabras, lo que hace este libro es trabajar sobre las representaciones y construcciones discursivas, aspectos sobre los cuales la autora vuelve a reflexionar en un epílogo a la segunda edición, actualmente en imprenta".

Crédito: Alia Trabucco / Archivo El Mercurio

Asimismo, informaron que "en esta reedición se señala la data de muerte Magaly Ramírez ocurrida en 2017, dato no consignado en la primera edición", y concluyeron que "como todo ensayo, 'Las Homicidas' interroga, conjetura, reflexiona, asocia, cuestiona e interpreta desde una mirada particular, no pretendiendo establecer verdades de ningún tipo. Junto con defender la libertad intelectual en la que se inscribe el libro, invitamos a su amplia lectura".

Los errores que habría cometido la autora

Alia Trabucco reflexiona en torno a la reacción de la sociedad ante estos crímenes y plantea que existen "invisibles leyes de género" que "operan" en la colectividad al abordar los casos.

"Un hombre que mata, sin importar sus móviles o sus víctimas, sus armas o circunstancias, no pone en duda su masculinidad. Su acto de violencia es considerado siempre una posibilidad e incluso sirve para corroborar su estatus de verdadero hombre. Una mujer que mata, por el contrario, está dos veces fuera de la ley: fuera de las codificadas leyes penales y fuera de las leyes culturales que regulan la feminidad", sostiene en el prólogo.

Para demostrar su punto, la escritora va ahondando en los cuatro casos de asesinato. Y es así como llega al homicidio de tres guaguas y una mujer adulta, perpetrados entre 1960 y 1963 por la empleada de Magaly Ramírez y Sergio España, en Buin. Un mediático caso que apareció en diarios y revistas de la época.

El escándalo surgió en el 63. El doctor España y su esposa matrona estaban esperando su cuarto hijo. Los tres mayores habían muerto de manera repentina e inexplicable, al igual que Ana Córdova, la madre de Magaly. Entonces, recibieron de visita a una matrimonio amigo por un fin de semana, quienes fueron a Buin desde Copiapó con su hija de 11 meses.

Un mañana, le dieron una mamadera a la menor, pero esta tomó un par de tragos y comenzó a llorar, luego le dieron convulsiones. Magaly y su amiga encontraron un sabor raro en la leche por lo que llevaron al hospital a la menor y el recipiente fue enviado a Santiago a ser analizado. Los resultados arrojaron que el líquido contenía estricnina, un veneno. Entonces, se inició un proceso contra la asesora del hogar, y finalmente fue condenada.

Magaly Ramírez Crédito: El Mercurio/Archivo

"Como idea central lo que nos preocupa es que el ensayo intenta demostrar que aquí hubo una tensión de clase y género, fundamentalmente por la disputa de tres roles. El rol de madre, esposa y trabajadora. Lo que desarrolla Alia es que en la práctica, esta mujer vio vulnerados sus roles y esos sería la motivación que finalmente la lleva a estos asesinatos", declaró a Emol Sergio España, el cuarto hijo que tuvo Magaly.

España Ramírez explicó que a la familia lo que más le preocupa son tres cosas que menciona la autora para justificar su hipótesis.

Lo primero, es que -basándose en una declaración de la victimaria- se plantea que la empleada vio frustrado su derecho a ser madre porque fue despedida en tres ocasiones, y para recontratarla se le habría exigido abortar.

"Eso solo está en la declaración de esta persona, cuya declaración judicial se contradijo y la rectificó al menos dos o tres veces. Entonces, nos parece extremadamente grave por dos razones. Primero, mi madre era matrona y mi padre era médico ginecólogo, y eran muy contrarios al aborto en todas sus formas", explica España. De hecho, agrega que su madre en los últimos años era muy bacheletista, pero que nunca compartió la visión de esa administración sobre el aborto.

"Ella lo justifica sobre la base de trece recortes de prensa de la época, crónica roja, y eso es absolutamente inaceptable".

SERGIO ESPAÑA
Para ahondar en esto, Sergio explica que en el expediente del caso se señala que la mujer efectivamente fue recontratada, algo que Magaly no quería hacer porque habían tenido un problema de pérdida de dinero en la casa y porque sabían que ella había abortado, con lo que no estaban de acuerdo. Sin embargo, la volvieron a contratar porque la madre de Magaly (que vivía con ellos), lo solicitó.

El segundo punto que le preocupa a la familia es que la autora habla del rol de mujer y sostiene que existía un triángulo amoroso entre los dueños de casa y la empleada. "Ella lo justifica sobre la base de recortes de prensa, trece recortes de prensa de la época, crónica roja, y eso es absolutamente inaceptable porque no tiene ninguna otra fuente... es lo que especulaban los periodistas de la época y en esa época la crónica roja era bien brutal. Eso nos parece absolutamente inaceptable. No puedes fundamentar una tesis sobre errores o información tan vaga", sostiene Sergio.

Asimismo, señala que lo anterior ni siquiera fue declarado por la acusada, ni por ningún otro testigo. Tampoco aparece algo así en el expediente, ni en la investigación, ni en sentencias. Lo que sí aparece, es que la asesora del hogar mantuvo relaciones con Segundo González, una persona que trabajaba cerca de la casa de los España Ramírez y que niega haber sabido de los abortos.

El tercer punto que suscita la preocupación de la familia es que "ella (la autora) asume que este es un tema de celos, tomando fuera de contexto algunas declaraciones de mi mamá".

Magaly recibiendo un reconocimiento del Día de la Madre en Buin. Crédito: Archivo El Mercurio.

Lo anterior es considerado por Sergio como lo "fundamental". Sin embargo, añade luego un cuarto punto que considera "grave": "Ella empieza a especular sobre lo que pasó después del caso sin haber nunca contactado a la familia, sin haber nunca visitado nuestra casa en Buin, sin tener ningún antecedente".

Entre otros ejemplos, indica que su madre no vio mermada su carrera profesional por lo ocurrido ni menos tuvo que abandonarla, como se señala en el libro, sino que "llegó a ser jefa de la maternidad de Buin y solo se retiró para tener a mi hermana menor", que fue un embarazo de alto riesgo.

En el comunicado de la editorial no se aborda ninguno de estos puntos, solo aseguran que incluirá la data de muerte de Magaly y el nuevo epílogo de Trabucco. Tampoco permitieron, al ser contactados por Emol, agendar una entrevista para ahondar sobre estos puntos.

El dolor de la familia

Magaly España solo dio declaraciones públicas sobre lo que ocurrió en una ocasión, en una entrevista realizada por la periodista Margarita Serrano, que fue publicada por la revista Sábado de El Mercurio en abril de 2006.

En aquel artículo, la matrona, hija única de una familia pobre, habló de su dolor y de lo difícil que es para una madre el perder a un hijo.

"Cuando murieron los niños, esa Pascua fue horrible... Los dos hicimos el turno de noche en el hospital. No sabía cómo se podía vivir. Fui al hospital a renunciar, a decirle al doctor que no podía trabajar. Me dijo estás loca, tú vas a trabajar, es tu remedio. Acepté. En ese tiempo se entraba por unas escalinatas. Cuando pisaba el primer peldaño, me decía 'hasta aquí llega mi dolor, ahora no puedo tener ningún dolor porque no hay ninguna mujer que pueda sufrir porque yo he tenido un problema'. Cuando estaba de turno, pensaba en lo que hacía y no en mí. No podía ser responsable de que una mujer perdiera una guagua porque yo estaba sufriendo mi problema. Tenía razón el doctor, trabajar fue mi remedio".

Magaly Ramírez Crédito: El Mercurio/Archivo

Asimismo, declaró sentirse muy vieja, con "la edad de las piedras" porque con la muerte de sus tres hijos "eran cien años los que se me venían encima". Y agregó que se llega a un punto en que "los años no son nada, te conviertes en algo eterno, algo que ya no muere".

Cuando le preguntaron en qué se refugió para poder criar a sus otros tres hijos, a pesar del dolor, respondió: "No sé cómo pude levantarme todos los días a pelear, a luchar, a enseñarles a ser felices, a jugar. A ser una mamá común y corriente, cuando en realidad tenía tanto dolor. Viví un doble estándar. No quería ser una mujer amargada. Pero cuando todos se iban a acostar, yo me encerraba en mi pieza a fumar, a escuchar a Gabriela Mistral que inventó el lenguaje del dolor, y lloraba. Sola”.

Los familiares de Magaly y de Sergio (padre) no demandarán ni a la escritora ni a la editorial por el libro, pero escribieron una carta en la que desglosan punto por punto cada fragmento del volumen que creen carece de la investigación apropiada.

Asimismo, Mariana Rodríguez, que fue la cuarta guagua que casi fue envenenada, escribió una carta a El Mercurio en la que dice que "la autora se equivoca profundamente al confundir roles e incluso profesiones de algunos personajes, y además demuestra su desconocimiento de los hechos acontecidos y su contexto".

Rodríguez afirma también que tanto las personas fallecidas como las vivas "merecen respeto", y que una historia como aquella "debiese ser relatada ajustada a la estricta verdad de los hechos, donde cada uno de los personajes se vea reflejado tal como fueron y no como la escritora interpreta que pudieron haber sido".

La empleada del hogar España Ramírez fue sentenciada a 20 años de cárcel, pero luego se redujo su condena a la mitad por buena conducta, y fue liberada. Se le condenó solo por intento de homicidio en contra de Mariana pues se pudo probar que la mamadera estaba envenenada. En el juicio de la Corte Suprema se desestimaron confesiones de la empleada en la que admite los cuatro crímenes porque habrían sido obtenidos bajo apremios de investigación.

"El trabajo intelectual requiere rigor; el dolor, verdad", concluye la familia España en su carta.
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