SANTIAGO.- Los organizadores del Festival Santiago a Mil -cuyo nombre sugiere que se realiza solo en la capital, pero que, de hecho, también se lleva a cabo en Iquique, Antofagasta, Valparaíso y Concepción- revelaron a Emol que se harán ciertos cambios en la programación debido a la situación social del país.
En un comienzo el evento se iba a desarrollar entre el 3 y el 26 de enero, y el puntapié inicial lo iba a dar el Día del Patrimonio del Teatro (3 de enero), jornada en la que se abren centros culturales del país y muestran el "tras bambalinas" de sus instituciones.
Tras el estallido social, la organización
decidió mantener las fechas en que se desarrolla el festival, pero para el Día del Patrimonio, se tomó la decisión de realizar
cabildos culturales en todas las salas y centros culturales a lo largo del país.
"(Vamos a ) ponernos a pensar y trabajar en cómo ve la gente que las artes tienen que estar en la nueva Constitución", dijo a Emol la directora de la Fundación Teatro a Mil, Carmen Romero.
Romero agregó que el detalle de cuáles son las salas que se plegarán a este llamado, será comunicado próximamente.
Además, la organización explicó que algunas funciones de la programación serán adelantadas y que ciertas producciones internacionales serán suspendidas por diversos factores. Uno de ellos es que hasta hace poco existía incertidumbre respecto a los fondos basales que les entrega el Estado, pues el proyecto de Ley de Presupuesto 2020 había planteado reducir ese aporte en un 20%, medida que finalmente fue revertida en el Congreso.
Asimismo, dada la contingencia, la organización del festival busca potenciar la programación nacional y gratuita en las comunas.
"(Otra cosa) que estamos haciendo es mirar dónde estamos. Hemos trabajado muchos años para llevar teatro gratuito a más de 250 mil personas en distintas comunas. Estamos trabajando allí para no solamente presentar la programación internacional y nacional, sino que estamos revisado también la gran variedad artística cultural que existe en cada comuna, para generar con ellos otro espacio de reflexión y participación", agregó Romero.
Al ser interrogada sobre qué motivó a la Fundación Teatro a Mil a que el festival se realice de todas formas -a pesar de la crisis social, que ha hecho que se suspendan otros eventos masivos-, Romero dijo: "Hoy día creemos que es más necesario que antes porque ese es nuestro trabajo, y nuestra misión es que las artes escénicas de Chile y del mundo sean fundamentales en la vida del país (…). Enero es el mes del teatro y hoy día más que nunca necesitamos reflexionar, y el teatro nos permite hacer esas reflexiones de la contingencia".
Respecto a los espectáculos de artes escénicas que se hacen en las calles y espacios públicos, señaló que estos se realilzarán según lo planeado y que cumplirán con las normativas de seguridad que exige la ley.
"El teatro chileno es súper político"
La gestora cultural añadió que los teatros son espacios de diálogo porque "todo el mundo puede sentarse y ser parecido al otro, porque tú no sabes quién está al lado". "Se genera un lugar desde donde conversar, que es distinto", dijo.
Y luego añadió: "El teatro chileno es súper político pero no tiene bandera partidaria".
"Son espacios de la ciudadanía. Más allá de las diferencias y de lo que dice el teatro chileno -que es tremendamente político- se ha hablado de todos estos temas, de la desigualdad, de la inclusión de los pueblos originarios, de la diversidad, de los grandes temas que han estado pendientes y de la dictadura (…) hoy día revisar esas obras nos permite una reflexión distinta y que necesitamos", aseveró.
- Comparando con otros países, ¿el teatro chileno es diferente?
- Sí. Si tú haces solo una comparación entre el teatro argentino y el chileno, ves que hay una diferencia radical. El teatro argentino tiene una impronta más psiconalista, donde la familia disfuncional es un eje importante o la hipocresía de de la sociedad. El teatro chileno tiene una impronta más política, que habla de los temas sociales no resueltos sobretodo los resabios de la dictadura.
- ¿Qué opinas tú de eso? Porque hay gente que le critica esa característica al teatro chileno.
- No hay que criticarlo, hay que agradecer que se hayan adelantado, como siempre, y que estén ahí hablando de estos temas, porque hoy día nos permite mirarlo de otra manera, en ficción, y eso nos provoca otro tipo de reflexiones. Hoy día hay que buscar la manera de entendernos y escucharnos. Muchas veces lo que está pasando es que no nos escuchamos. El teatro pone temas que abren preguntas. No tiene las respuestas pero abre las preguntas. Expone puntos de vista. Y, como es ficción, te permite tener la lejanía para discutirlas desde otro lado.
