Spears denunció que que tuvo que hacer "exactamente 840 horas de terapia no deseada en una maldita silla".
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Durante casi 13 años la cantante Britney Spears se enfrentó a una gran cantidad de restricciones debido a la tutela legal que su padre, James Spears, ejercía sobre ella, y con la que, entre otras cosa, cedía por completo el control de su música, sus finanzas y hasta de su vida privada a su tutor.
En medio de un juicio que se volvió muy mediático, la "Princesa del pop" reveló que no podía casarse, tomar alcohol y mucho menos embarazarse, ya que la obligaban a portar un DIU como método anticonceptivo.
Sin embargo, eso no fue lo único que la intérprete de "Toxic" fue forzada a hacer, ya que recientemente confesó que a lo largo del tiempo que estuvo bajo la custodia de su papá, tuvo que realizar más de 840 horas de terapia en contra de su voluntad.
Mediante un video que publicó en sus redes sociales, la cantante arremetió contra los terapeutas que la trataron, asegurando que no querían ayudarla, sino que solo estaban detrás de su dinero.
"Después de hacer exactamente 840 horas de terapia no deseada en una maldita silla, este es mi mensaje para todos mis terapeutas y las personas que se quedaron con mi dinero: que me besen el trasero", escribió la artista en su última publicación de Instagram, mensaje que después borró.
En la grabación, que ha generado un sinfín de reacciones, aparece la cantante imitado algunas de las frases que los médicos le decían durante sus reuniones, así como las actividades que le proponían hacer, como cantar, jugar tenis o hasta imaginar un viaje a algún parque de diversiones.
Tras terminar la tutela legal de su padres, Britney no ha vuelto a crear música –algo que sus fans le piden a gritos– y recientemente sufrió un duro golpe al perder el bebé que esperaba.
