EFE (archivo)
SANTIAGO.- Dos jóvenes mujeres suicidas pertenecientes al grupo radical Boko Haram atacaron un campamento de refugiados instalado en Maiduguri en Nigeria, matando a un total de 58 personas y dejando otras 78 heridas. Sin embargo la tragedia no fue mayor gracias a que una tercera se arrepintió en el acto.
Según relata el The New York Times, la adolescente decidió no hacer explotar la bomba que traía en su cuerpo al reconocer a sus padres y hermanos entre quienes habitaban el recinto ocupado por unas 50 mil personas.
La joven aspirante a terrorista, al contrario de las otras dos, se entregó a las autoridades y advirtió de otros ataques previstos y organizados para el mismo campamento.
Este tipo de atentados se ha vuelto común en las instalaciones de desplazados en Dikwa, desde que el ejército de Nigeria comenzó a atacar al grupo terrorista Boko Haram.
Sus miembros ya han asesinado a cientos de personas en los últimos meses especialmente en el norte del país y en sus fronteras. Mientras que los ataque son cada vez más brutales, ya que han quemados casas, masacrado a civiles y secuestrado niños.
El grupo extremista islámico ha utilizado durante mucho tiempo a los terroristas suicidas, y llama la atención que se ha masificado el interés de mujeres y chicas jóvenes por pertenecer e inmolarse.
