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Cristóvão Flores, el hijo de chilenos que lidera el campamento en contra de Dilma en Sao Paulo

Tras enterarse de que Lula sería ministro, tomó sus carpas y salió a protestar a la principal avenida de la ciudad. Ahora encabeza la "Resistencia paulista" y hace más de un mes acampa exigiendo el fin de la corrupción en Brasil.

23 de Abril de 2016 | 09:34 | Por Valentina Salvo U., Emol
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Resistencia Paulista
SANTIAGO.- Es hijo de chilenos, pero su lucha está en Brasil. Cristóvão Flores Villavicencio tiene 31 años y hoy es uno de los líderes del campamento que hace 35 días interviene la arteria más importante de Sao Paulo, para protestar y pedir la salida de la Presidenta Dilma Rousseff del poder.

Nació en Brasil un año después de que sus padres llegaron desde Chile en 1983. A los ocho años viajó al país, pues su madre pensaba que lo mejor para él y para sus cuatro hermanos era crecer cerca de su numerosa familia. No obstante, a los 18 volvió a su tierra natal.

Hoy se desempeña como empresario en el rubro del fútbol y a pesar de que nunca le gustó involucrarse demasiado en la política, es líder de la denominada "Resistencia paulista", un campamento que nació tras el polémico nombramiento del ex Presidente Luiz Inácio Lula da Silva como ministro del actual Gobierno.

"Ese día me percaté que no podía quedarme callado (…) si me quedaba callado, cosas peores podían pasar en nuestra política", asegura.

35 días en la calle


El anuncio del Ejecutivo de incorporar a Lula al gabinete, ocurrió luego de que el juez Sérgio Moro solicitara la prisión preventiva en contra del ex Mandatario, que es investigado por lavado de activos y corrupción vinculada al escándalo de Petrobras.

Así, gran parte de los brasileños se sintieron indignados y salieron a las calles. Cristóvão no fue la excepción. "Me encontraba en mi casa con algunas carpas, las puse en el auto y me fui a la avenida Paulista como todos hicieron ese día. Me puse a protestar con la gente y en medio de esa protesta vi que habían otros gallos con carpas también. Ahí juntamos las carpas y tuvimos la idea de cerrar la Paulista", comenta.

Según narra, tras pasar casi 43 horas cortando la calle, debieron ser desalojados a causa de una manifestación del oficialista Partido de los Trabajadores. Sin embargo, ese mismo día y tras la protesta, decidieron volver. "Yo pensé, de allá no salgo hasta tener una respuesta (…) Hace 35 días que estamos acampando en la Paulista", afirma.

Desde entonces, asegura que han recibido mucha ayuda de los ciudadanos. En relación a la comida, cuenta que las personas bajan de sus autos y les dan mercadería. "Es como si hubieran hecho compras para la protesta (…) Hay locales que apoyan con desayunos, con almuerzos, con cenas. Nosotros creíamos que íbamos a ser odiados por la gente que transita por allá. Pero hemos tenido lo contrario".

Un "campamento", no "movimiento"


Hasta ahora, Cristóvão asegura que mantienen cerca de 80 carpas armadas y entre 120 y 140 personas que se turnan para mantenerse en el campamento.

Explica que la protesta que ellos llevan a cabo tiene reglas y que uno de los requisitos para integrarse es no formar parte de coaliciones políticas. "Teníamos algunas exigencias. Primero, que no participaran de un partido político, y la otra, no ser parte de ningún movimiento que viniera hace tiempo (…) En Brasil, los otros movimientos, todos se manejan por políticos que ejercen algún cargo dentro del Gobierno", dice.

Precisamente por ello, aclara que no se consideran un "movimiento", si no más bien un "campamento", ya que no cuentan con una ideología en particular, si no que su única lucha es en contra de la corrupción. "Nosotros no tenemos oposición entre partidos, lo que nosotros queremos es una solución para la corrupción que existe en el país", enfatiza.

Agrega que paso a paso seguirán con las denuncias y que, a pesar de que hoy el blanco de su protesta es Dilma, más adelante será el vicepresidente Michel Temer y el presidente de la Cámara de diputados, Eduardo Cunha, ambos con acusaciones de corrupción en su contra. "No importa el color o el partido político al que pertenecen, si robaron tienen que pagar", sentencia.
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